El Barça y la táctica del desgaste

El equipo azulgrana ha marcado ocho goles en la Liga y todos han sido tras el descanso

Luis Enrique, durante el entrenamiento de ayer.ALEJANDRO GARCÍA (EFE)

El Barcelona, empecinado como está en ejecutar el acoso alto y gracias a su pie para mezclar en las zonas determinantes, logra arrinconar a la mayoría de los rivales en su área o en su zona de creación. “Muchos equipos nos esperan atrás, es algo a lo que estamos acostumbrados”, advirtió el año pasado el técnico azulgrana Luis Enrique como una consecuencia a su propuesta futbolística. El mejor ejemplo fue el Levante en el fin de semana pasado, con las líneas bi...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Barcelona, empecinado como está en ejecutar el acoso alto y gracias a su pie para mezclar en las zonas determinantes, logra arrinconar a la mayoría de los rivales en su área o en su zona de creación. “Muchos equipos nos esperan atrás, es algo a lo que estamos acostumbrados”, advirtió el año pasado el técnico azulgrana Luis Enrique como una consecuencia a su propuesta futbolística. El mejor ejemplo fue el Levante en el fin de semana pasado, con las líneas bien apretujadas al borde del área, con tres centrales que exigían la profundidad de los laterales azulgrana, siempre con la idea de no ofrecer fisuras ni rampas hacia el gol. “Cuando vienen equipos tan cerrados, lo que cuesta es abrir la lata. Luego llegan más goles”, expuso Bartra al acabar el duelo, que hizo diana gracias a una ruptura desde atrás y un centro medido de Messi. “En el momento en el que hemos marcado el primero, se han abierto los espacios y hemos podido hacer más”, abundó Alves. Pero eso, hasta la fecha, cuesta más de lo que costaba antaño.

En los cuatro encuentros que lleva de Liga, el Barça no ha podido marcar en el primer tiempo sino que los ocho goles llegaron tras el entreacto. El Athletic (0-1) y el Atlético (1-2) seleccionaron los momentos de presión al igual que el Málaga (1-0) y el Levante (4-1) se abrigaron en su área. Pero la falta de tino en el primer acto es algo extraño si se atiende a los registros del curso anterior, cuando en el 65% (25 de 38) de los partidos sí festejaron un tanto antes de enfilar el túnel de vestuarios para el descanso. “Eso es porque nos esperan atrás, porque nos plantean partidos cerrados y no es fácil superar dos líneas de cinco”, cuenta una voz autorizada del vestuario azulgrana; “pero tampoco es normal. Creo que no pasa de ser una anécdota porque al Roma [en el encuentro de la Champions], por ejemplo, sí que logramos batirles en el primer tiempo”.

Ocurre, del mismo modo, que Luis Enrique no negocia con el esfuerzo ni la intensidad, por lo que reclama el mismo ritmo e intensidad de inicio a fin de partido. “Como solemos tener la posesión del balón, en ocasiones es lógico que los rivales lleguen al final de los encuentros cansados por perseguir a la pelota”, convienen desde el vestuario azulgrana. Los números así lo explican. Mientras que en la temporada pasada el Barça marcó 39 goles en los primeros tiempos, en los segundos multiplicó la cifra y llegó a los 71. Así lo explicó Víctor Casadesús, jugador del Levante. “A la que nos han hecho el primero, hemos estirado las líneas y han aparecido más huecos y entonces nos han rematado bien”. Es, en definitiva, la táctica de la presión alta, la posesión y las mezclas en campo ajeno, la táctica del desgaste.

Archivado En