Serena, finalista entre mareos

La número uno, afectada por un proceso febril, remonta ante la suiza Bacsinszky (4-6, 6-3 y 6-0) y se medirá en la final (sábado, 15.00) a la checa Safarova (doble 7-5 a Ivanovic)

Serena Williams, mareada ante Bacsinszky.Dan Istitene (Getty)

Este jueves, en la Chatrier, con un sol preveraniego después de dos semanas de inclemencias meteorológicas en París, hubo un momento de confusión. Serena Williams aturdida, por momentos desorientada, coja; abajo en el marcador en su semifinal frente a la suiza Timea Bacsinszky tras ceder el primer set. Pareció incluso que la reina del circuito femenino, en busca de su 20º cetro de un Grand Slam, iba a enfilar la puerta de salida antes de tiempo. Pero no lo hizo.

Empapada en sudor, quejosa todo el rato, se hidrataba y...

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Este jueves, en la Chatrier, con un sol preveraniego después de dos semanas de inclemencias meteorológicas en París, hubo un momento de confusión. Serena Williams aturdida, por momentos desorientada, coja; abajo en el marcador en su semifinal frente a la suiza Timea Bacsinszky tras ceder el primer set. Pareció incluso que la reina del circuito femenino, en busca de su 20º cetro de un Grand Slam, iba a enfilar la puerta de salida antes de tiempo. Pero no lo hizo.

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Empapada en sudor, quejosa todo el rato, se hidrataba y miraba al infinito en cada descanso. Un proceso febril, adujeron fuentes cercanas a la tenista. Un contratiempo, sí, pero una falsa ilusión para Bacsinszky, porque a la que Serena atisbó el peligro, el riesgo de que se le escapase la gran final, sacó a pasear su derecha e infligió el castigo en sentido contrario. Zambombazo por aquí (37 ganadores), servicio directo por allá (ocho aces). Al final, 4-6, 6-3 y 6-0, rosco incluido. Por si había alguna duda.

Estoy mal desde hace días, necesito que me vean los médicos"

“No sé cómo he sacado esto adelante”, declaró durante el parlamento final, interrumpido por sus continuas toses y aspavientos. Total, que acabó abandonando la arena de mala manera, apoyada en el hombro de su técnico y pareja actual, Patrick Mouratoglou. Un abrazo, al vestuario y la supervisión médica correspondiente. Cuidados antes de la gran final del sábado (15.00, Eurosport), en la que luchará por su tercera corona en París –ya ganó en 2002 y 2013– contra la checa Lucie Safarova. Esta venció por doble 7-5 a la serbia Ana Ivanovic, jaleada desde la grada por el futbolista alemán Bastian Schweinsteiger.

"Siento no poder atender a la prensa esta tarde. He estado mal desde hace días y después de este duro partido necesito ver a los doctores", dijo a través de un comunicado la estadounidense, que no compareicó en la sala de prensa. "Estoy orgullosa de volver a estar en la final de Roland Garros, en una ciudad que significa tanto para mí. Quiero estar al cien por cien contra Lucie el sábado".

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