La doble vida de Muguruza

Tras llegar al top-10 en la modalidad por parejas, Garbiñe se retira agotada por la gripe en el individual ante Suárez

Garbiñe Muguruza. Francois Nel (Getty Images)

En Qatar, la doble vida de Garbiñe Muguruza duró apenas 44 minutos. La hispanovenezolana, que esta semana se estrena como top-10 en la modalidad de dobles, se enfrentó ayer a Carla Suárez, precisamente la pareja con la que ha conseguido alcanzar esa posición y la mujer con la que esprinta en busca de tan selecto club también en el circuito individual. El segundo pulso entre las dos españolas en las dos últimas semanas arrancó con un 3-0 a favor de la número 20, siguió con...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En Qatar, la doble vida de Garbiñe Muguruza duró apenas 44 minutos. La hispanovenezolana, que esta semana se estrena como top-10 en la modalidad de dobles, se enfrentó ayer a Carla Suárez, precisamente la pareja con la que ha conseguido alcanzar esa posición y la mujer con la que esprinta en busca de tan selecto club también en el circuito individual. El segundo pulso entre las dos españolas en las dos últimas semanas arrancó con un 3-0 a favor de la número 20, siguió con ella sacando por la primera manga con 5-3 y terminó con su retirada cuando el marcador era 5-6. Son las consecuencias de un calendario extenuante, que en el torneo previo le vio alcanzar las semifinales en un cuadro y la final en el otro, dejándole vacía, sin defensas y enferma.

Nadal debuta en Argentina

Esta madrugada, Rafael Nadal debutará en el torneo de Buenos Aires contra el ganador del Montañés-Arguello. A los 28 años, el español vive un momento de dudas. Lleva nueve meses sin ganar un título (Roland Garros 2014). Ha perdido el número tres mundial. Sufre donde nunca había sufrido: sobre tierra, como le pasó la semana pasada en Río, donde cedió en semifinales contra Fognini, penalizado por unos calambres como no se le habían visto nunca.

“Hay una escalera que la tengo que volver a subir y no la voy a subir corriendo”, dijo Nadal en Argentina. “Hay que subirla poco a poco, paso a paso, y espero confirmar aquí en Buenos Aires otra mejora más y aspirar a hacer un buen torneo”. Un signo de los tiempos. Antes, la escalera de Nadal era una que recorría para ir de menos a más en los grandes, convertido en un tenista irrefrenable. Hoy, es otra: una que intenta escalar para volver a ser aquel jugador.

“Me da mucha rabia, pero no he podido”, explicó Muguruza, de 21 años. “No me sentía bien en la pista por la fiebre y el malestar general”.

¿Qué hace que Muguruza, con potencial para ser una estrella, gaste fuerzas jugando el dobles? ¿Por qué se empeña en apretar su programa en una especialidad de capa caída? La respuesta a todas esas preguntas está en sus defectos técnicos, en el rápido éxito alcanzado con Suárez —en solo diez meses como dupla consiguieron clasificarse para la Copa de Maestras— y en los Juegos de Río 2016.

No hay sitio en el que la aspirante sea más vulnerable que en la media pista, camino de la red: volea mal, y con el revés lo hace a dos manos. No hay mejor receta contra ese defecto que competir los dobles, donde la cita con la red es irrenunciable y los reflejos se aceleran. La especialidad, además, tuvo mucho que ver en que la tenista, nacida en Caracas de padre español y madre venezolana, decidiera jugar con España en lugar de con Venezuela. Suárez, de gran talento táctico, estabiliza su juego. Eso les da opciones de medalla en los Juegos, donde, además, la modalidad también le ofrece la posibilidad de subir al podio en los mixtos. Demasiada tentación como para dedicarse solo a los individuales. No en Qatar. Allí, tras retirarse Muguruza, las dos amigas se dieron de baja en el dobles. Una gripe, y adiós.

Sobre la firma

Archivado En