Madera de top-10

En Dubái, Suárez elimina a Kvitova, la número tres, y Muguruza a Radwanska, la número ocho, para citarse en los cuartos de final

Madrid -
Muguruza, ante Radwanska. ALI HAIDER (EFE)

El tenis femenino español vive tiempos largamente olvidados. Tras el desierto competitivo salpicado de oasis en el que se convirtió después de la retirada de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, vuelve a instalarse en la feliz rutina de las victorias de elite, faltas todavía del refrendo de un gran título y del premio de la entrada en el top-10 para sus protagonistas. Así, e...

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El tenis femenino español vive tiempos largamente olvidados. Tras el desierto competitivo salpicado de oasis en el que se convirtió después de la retirada de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, vuelve a instalarse en la feliz rutina de las victorias de elite, faltas todavía del refrendo de un gran título y del premio de la entrada en el top-10 para sus protagonistas. Así, en octavos del torneo de Dubái, Carla Suárez derrotó 6-3, 4-6 y 6-3 a la checa Kvitova, que es la número tres mundial y doble campeona de Wimbledon; y Garbiñe Muguruza dejó muda a la polaca Radwanska, la número ocho (6-4 y 6-2). A los 26 años, fue la cuarta victoria de la canaria contra una de las cinco mejores. A los 21, fue el octavo triunfo de la hispanovenezolana frenta a una de las diez tenistas de elite. Señal de que la brújula de ambas señala al norte: lleguen o no, las ambiciones de la número 13 y de la número 24 tienen la diana puesta en entrar en el top-10.

Suárez, en un partido de 2015.LUC CLAESSEN (AFP)

Las dos españolas se cruzarán en cuartos por un puesto en semifinales. Hasta hace nada, ver a dos tenistas de La Armada en una ronda tan noble de un torneo de esta categoría (Premier) era tan inusitado como que compitieran por un título como el de Amberes (Suárez llegó a la final el pasado domingo, pero no la disputó por lesión). Eso, sin embargo, está cambiando. Las dos mejores tenistas españolas del momento están demostrando que son capaces de competir en cemento y al aire libre, bajo techo y sobre tierra. Que con dos propuestas muy distintas (Suárez mastica el punto; Muguruza lo devora) se pueden obtener triunfos de prestigio. Y que en los tiempos turbulentos que vive su disciplina, donde solo Serena Williams y Maria Sharapova son valores seguros, no les falta el convencimiento necesario para escalar posiciones hacia las alturas.

“Veo que estoy recogiendo los frutos de lo bien que he trabajado en la pretemporada”, valoró la hispanovenezolana, que ya venció a Simona Halep (número cuatro mundial) hace dos semanas, y que busca ganar en regularidad para optar a todo.

Porque a las dos amigas y compañeras de dobles les faltan cosas, claro. Igual que Muguruza aún carece del fondo físico necesario para alargar en el tiempo su contundente apuesta (desde su 5-1 inicial se vio retada a un preocupante 5-4 por Radwanska), Suárez sigue penando de falta de seguridad en el servicio (dos dobles faltas en sendos puntos de partido). Esos detalles, bien susceptibles de ser limados en los entrenamientos, pueden ser lo que separe el puesto de finalista del de campeona, pero no ocultan lo que está pasando: por primera vez en más de un decenio, La Armada femenina obtiene con frecuencia resultados a la altura de las mejores competidoras de su disciplina.

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