Benzema es más eficaz que Raúl

La magnífica fachada socialista del Estadio Nacional Vasil Levski, en Sofía, reclamaba la aparición de un superhombre, el miércoles por la noche. Alguien que se golpeara el pecho anunciando el advenimiento heroico de un personaje providencial. En lugar de eso, el que apareció recién salido de la ducha fue Karim Benzema quitándole relieve al gol que acababa de meter y, por extensión, al gol en general. “Marcar goles también está bien pero lo importante es el juego", dijo. "Hay que ayuda...

La magnífica fachada socialista del Estadio Nacional Vasil Levski, en Sofía, reclamaba la aparición de un superhombre, el miércoles por la noche. Alguien que se golpeara el pecho anunciando el advenimiento heroico de un personaje providencial. En lugar de eso, el que apareció recién salido de la ducha fue Karim Benzema quitándole relieve al gol que acababa de meter y, por extensión, al gol en general. “Marcar goles también está bien pero lo importante es el juego", dijo. "Hay que ayudar al equipo y a los compañeros”.

El galo, al que el vestuario considera imprescindible, marca cada 115 minutos

Desde que el fútbol ingresó de lleno en la era de la televisión la imagen tiene más poder que el contenido. De otro modo no se explica la desconfianza que inspira Benzema en un amplio sector de la afición del Madrid. La gente le juzga por lo que aparenta más que por lo que produce. Sensible a la demagogia, a los excesos gestuales, a la propaganda y a todo aquello que se cocina en las agencias de comunicación, muchos aficionados han alcanzado la convicción de que a Benzema le falta gol. Lo dan por hecho. Pero la realidad señala exactamente lo contrario. Benzema no solo es un mediapunta exquisito. La estadística demuestra que es el goleador más eficaz del Madrid en la Copa de Europa inmediatamente después de los tres gigantes: Cristiano, Puskas y Di Stéfano.

El tanto que le dio el triunfo al Madrid ante el Ludogorets (2-1), el miércoles, fue su gol número 26 en esta competición, en donde el francés acumula 2.995 minutos de juego. Benzema mete un promedio de un gol cada 115 minutos. Su media está solo por encima de la de Di Stéfano (un gol cada 105 minutos), Puskas (98) y Cristiano (86). Pero mejora con mucho la frecuencia anotadora de Butragueño (un gol cada 145 minutos), Hugo (146), Raúl (165), Santillana (170) o Ronaldo Nazario (189).

Las 16 asistencias de gol que ha dado en Champions con la camiseta del Madrid no hacen más que añadir méritos a un futbolista que se mueve como ninguno entre la mediapunta y la punta. Un enganche único con unas cifras de anotación propias de leyenda que, sin embargo, no es correspondido con la aprobación que merece fuera del vestuario. Dentro, la valoración es máxima. Allí todos recuerdan que fue Benzema quien le hizo el primer gol (el más importante) al Bayern en las semifinales que llevaron a la Décima.

No hay un solo jugador del Madrid que no reconozca el papel imprescindible de Benzema en la articulación de un equipo armado alrededor de dos de los individualistas más acusados de la historia del fútbol. El club pagó casi 200 millones de euros para que Bale y Cristiano hicieran los goles y Benzema, antes que meter los suyos, trabaja para fabricárselos a ellos. Como dijo Carlo Ancelotti: puede que Benzema no sea el mejor nueve del mundo; pero es el mejor nueve del mundo para el Real Madrid.