El barcelonismo se rinde a Puyol

Carles Puyol dijo adiós a su manera. Entró en el Auditori 1899 acompañado por el presidente Josep María Bartomeu y el director deportivo Andoni Zubizarreta. Con la melena media mojada y vestido con vaqueros y una camiseta, a sus 36 años el zaguero de la Pobla de Segur se preparaba para su despedida. La voz se le entrecortaba, pero nunca se quebró. Los ojos se le encharcaban, pero nunca lloró. El capitán, al que nunca le gustaron los micrófonos, enfrentó su última rueda de prensa como jugador azulgrana rodeado de amigos y fiel a su carácter duro y campechano. “Viví el sueño de millones de niños...

Carles Puyol dijo adiós a su manera. Entró en el Auditori 1899 acompañado por el presidente Josep María Bartomeu y el director deportivo Andoni Zubizarreta. Con la melena media mojada y vestido con vaqueros y una camiseta, a sus 36 años el zaguero de la Pobla de Segur se preparaba para su despedida. La voz se le entrecortaba, pero nunca se quebró. Los ojos se le encharcaban, pero nunca lloró. El capitán, al que nunca le gustaron los micrófonos, enfrentó su última rueda de prensa como jugador azulgrana rodeado de amigos y fiel a su carácter duro y campechano. “Viví el sueño de millones de niños porque durante años me he levantado para hacer lo que más me gusta”, arrancó Puyol.

“L´Adéu d´un gran capità”, recordaba el cartel que daba la bienvenida al acto. En la sala, la imagen de Puyol besando el brazalete con los colores de la senyera el día del 2-6 en el Bernabéu. Nadie quiso perderse el adiós a Puyol. La primera fila estaba reservada para su núcleo íntimo: su madre, Rosa; su mujer, Vanesa y su hermano, Josep. Sus colegas del fútbol y la vida: De la Peña, Albertini, Xavier (amigo de la infancia) y Ramon Sostres (su representante). Y los expresidentes de la entidad: Núnez, Gaspart, Reyna y Laporta —Rosell estaba de viaje-.

“Tiene contrato, pero ha decidido dejarlo. Eso demuestra el tipo de persona que es”, dijo Bartomeu

En un año difícil, un día alegre. Hasta Cruyff participó de un acto del club por primera vez desde que devolvió la insignia de oro en 2010. “Ha sido un buen líder, debería poner todo su conocimiento al servicio de la gente”, dijo el holandés sentado entre Camacho y Hierro, cerca de Antic y Iñaki Sáez. “Tiene contrato, pero ha decidido dejarlo. Eso demuestra el tipo de persona que es”, dijo Bartomeu. “Le definiría como aquel jugador que como portero siempre quieres tener a tu lado”, intervino Zubizarreta. “Eres el tío más profesional con el que he compartido vestuario. Eres patrimonio del Barça y el club te necesita. Gracias faquir”, completó Xavi, que rompió a llorar.

La pantalla se encendió y compañeros, amigos y entrenadores de Puyol, todos con la cinta de capitán en la mano dejaron su menaje al central. “Cuando dije que correr era de cobardes, contigo me equivoqué”, dijo Rexach. “Me ayudaste una barbaridad. No solo con palabras sin con hechos”, intercedió Guardiola. “Gracias por cuidar tan bien el brazalete”, añadió Luis Enrique. “Capi, eres un guerrero”, sumó Alves. “Gracias por todas las lecciones que me has dado”, expresó Piqué. Y cerró, con humor, Van Gaal: “Carles tú fuiste para mí siempre positivo”.

El sábado Puyol estará en el Camp Nou, aunque no saltará al césped. “Me haría mucha ilusión ganar la Liga por Martino y por Tito. Y quiero agradecer a toda la gente que estuvo a mi lado y a la afición que siempre me apoyó. Por último, me gustaría recordar a las personas que ya no están: A Antoni Oliveres, a mi padre, a Luis Aragonés y a Tito Vilanova. Se acaba una etapa y llegan otras. Moltes gràcies y visca el Barça”, cerró el capitán. Y justo después la plantilla del Barça entonó un eterno: “Puyi, Puyi, Puyi, Puyi”.