ATLÉTICO

“Estamos vivos”

El Atlético se rebela contra la desazón al dejar escapar el título ante el Málaga y se rearma para medirse al Barça con Diego Costa

Simeone da instrucciones en la banda del Calderón.Claudio Álvarez

“Estamos vivos”, proclaman en el Atlético desde el Cerro del Espino ante el planchazo anímico general tras haber dejado escapar la oportunidad de conquistar la Liga el domingo. Hay mucha carga de rebeldía en ese mensaje ante la incertidumbre y la amenaza que suponen que sea el Barcelona, y en particular Messi, los contrarios con los que tienen que jugarse el campeonato. El domingo, al acabar el partido, la desazón fue general. La hinchada abandonó el estadio componiendo un silencio inédito en toda la temporada, los jugadores pasaron por la zona mixta dándole vueltas a la ocasión perdida e inte...

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“Estamos vivos”, proclaman en el Atlético desde el Cerro del Espino ante el planchazo anímico general tras haber dejado escapar la oportunidad de conquistar la Liga el domingo. Hay mucha carga de rebeldía en ese mensaje ante la incertidumbre y la amenaza que suponen que sea el Barcelona, y en particular Messi, los contrarios con los que tienen que jugarse el campeonato. El domingo, al acabar el partido, la desazón fue general. La hinchada abandonó el estadio componiendo un silencio inédito en toda la temporada, los jugadores pasaron por la zona mixta dándole vueltas a la ocasión perdida e intentando interiorizar a duras penas los mensajes de su entrenador para olvidar lo sucedido y reforzarse anímicamente ante la final del sábado (18.00) en el Camp Nou.

Algunos futbolistas, durante la semana pasada, ya presentían que el campeón saldría del Camp Nou, aunque no sospechaban que iba a ser porque el Barça pinchaba en Elche y el Málaga les arrancaba a ellos un empate inesperado. “Esto es el Atlético y hasta el último momento no seremos campeones. ¿Cómo vamos a ganar una jornada antes siendo el Atleti?”, argumentaba un jugador. “Esto que ha sucedido tiene que ver con la historia, con lo que dice nuestro entrenador sobre el partido a partido. Ojalá se hubiera resuelto antes, pero los retos más difíciles siempre tardan un poco más en lograrse”, asevera el argentino Sosa.

Los acontecimientos han creado el escenario en el que Simeone mejor se desenvuelve. “Ahora nadie creerá en nosotros”, dijo el domingo para empezar a generar un discurso que descargue de presión a sus futbolistas. El vértigo que generó en el grupo la necesidad de ganar al Málaga se manifestó individual y colectivamente. En algunos episodios tuvo que ver con el estilo de juego. Sin Diego Costa, los centrocampistas abusaron durante algunos tramos del partido del juego en largo. La reiteración, sobre todo en el primer tiempo, fue reprimida por Simeone, que con gestos exigió más juego por abajo y más elaboración. En los dos últimos encuentros en los que el Atlético ha dejado escapar la ocasión de sentenciar la Liga se ha medido a dos rivales que le han exigido desenvolverse en las condiciones que peor maneja. Levante (65%) y Málaga (60%) le entregaron la posesión del balón. No deja de ser significativo, que en dos encuentros consecutivos el Atlético haya encajado dos goles en jugadas de contragolpe, obligado al ataque permanente para tratar de sentenciar el campeonato.

El equipo ha fallado contra dos rivales que le exigieron dominar los partidos

Intuyendo las propuestas de Caparrós y Schuster, Simeone ha utilizado un plan b en ambos partidos introduciendo a Diego, Arda, Adrián o Sosa cuando vio que su propuesta inicial no le daba para ganar. En ese primer plan siempre ha estado Raúl García, al que sin embargo dejó fuera en Stamford Bridge porque ahí si apostó desde el principio por la velocidad en el juego por abajo por lo sucedido en el partido de ida en el Calderón. De alguna manera, el técnico ha preferido en estos dos últimos partidos contar de primeras con un futbolista muy suyo. El alto rendimiento que le ha dado desde el gol y desde el esfuerzo le invitaron a priorizarlo en el once titular. Sin embargo, Raúl García fue el primer cambio ante el Levante, le sustituyó Arda al descanso, y el segundo en ir al banco ante el Málaga, le relevó Sosa a la hora de juego.

La manera de mover el banquillo de Simeone ha sido muy significativa en la lectura de lo que los rivales le exigieron. Terminó los dos partidos con Diego Ribas y Adrián en el campo, los futbolistas que según él mismo ha confesado tienen más calidad de todo el plantel. Con todo, la sensación es que ante el Levante los cambios que hizo en la segunda parte el Atlético generó suficientes ocasiones para ganar. Ante el Málaga, incluso con ese abuso del juego directo y los problemas para superar la tela de araña y la defensa de tres centrales que dispuso Schuster, en la primera mitad pudo marcar en tres ocasiones. En el segundo acto también pudo batir a Caballero en cuatro oportunidades.

Entre las lecturas que invitan al optimismo en el Cerro del Espino se habla de la intensidad a la que puede jugar el Atlético frente a un Barcelona que se ha colado en la pelea final con muy poco juego y un ritmo que puede no ser suficiente. Se positiviza que en los dos últimos encuentros el equipo haya sido capaz de acabar volcado en el área contraria.

También reina el optimismo en cuanto a la participación de Diego Costa, reservado ante el Málaga por precaución por una contractura. Su participación es decisiva en términos de normalidad para el estilo del equipo. El Barcelona obligará al Atlético a manejarse en los conceptos que mejor domina, el control del juego a través del dominio de los espacios y el contragolpe. Necesita Simeone del goleador hispanobrasileño para poder estirar al equipo cuando los futbolistas de Martino lo acorralen con posesiones largas. Ayer siguió con un plan de recuperación que le permita jugar sin arriesgarse a una rotura que le pueda dejar fuera de la final de la Liga de Campeones.

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