Un ‘picasso’ único e histórico

Hurtado y Díaz son decimoterceros en danza, mejor debut olímpico de un patinador español

Krasnaya Polyana -
Sara Hurtado y Adrián Díaz ejecutan su ejercicio del programa libre de la competición de patinaje artístico por parejas. Tatyana Zenkovich (EFE)

Sara Hurtado y Adrià Díaz estaban el domingo felices no solo porque habían logrado colarse entre los mejores patinadores del mundo en su debut olímpico sino porque así podían enseñar su programa largo, del que tan orgullosos están y que les hace tan dichosos. Una coreografía rompedora por la que llevan recibiendo felicitaciones toda la temporada. Y, como el día anterior, llegaron ayer donde antes nunca habían alcanzado: lograron su mejor marca personal, 88,39 puntos para un total de 146,97 que les colocó en la 13ª posición, la mejor de cualquier patinador español en su debut en unos Juegos Olí...

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Sara Hurtado y Adrià Díaz estaban el domingo felices no solo porque habían logrado colarse entre los mejores patinadores del mundo en su debut olímpico sino porque así podían enseñar su programa largo, del que tan orgullosos están y que les hace tan dichosos. Una coreografía rompedora por la que llevan recibiendo felicitaciones toda la temporada. Y, como el día anterior, llegaron ayer donde antes nunca habían alcanzado: lograron su mejor marca personal, 88,39 puntos para un total de 146,97 que les colocó en la 13ª posición, la mejor de cualquier patinador español en su debut en unos Juegos Olímpicos de Invierno —Darío Villalba fue 14º en la cita de Cortina d’Ampezzo en 1956, igual que Javier Fernández en Vancouver 2010, ambas representaciones en categoría individual—.

Los cuatro minutos en los que los españoles Díaz y Hurtado patinan la historia de amor y desamor de Picasso con Dora Maar, ideada en Montreal (Canadá), donde la pareja vive desde hace ya dos años, no deja indiferente y contrasta con la imagen clásica que se tiene de la especialidad de danza. Ni los movimientos, a veces fluidos, a veces torturados; ni el vestuario —el traje de Sara Hurtado con el retrato que el pintor malagueño hizo de su amante pintado a mano—; ni la música se parecen a nada. Sobre todo un fragmento, el final, en que se escucha la voz desgarrada y flamenca de Estrella Morente.

“Nada más pisar el hielo nos aislamos de todo y creamos una burbuja en la que estábamos solo Sara, yo y los elementos”, resumió su sensación Adrià Díaz después de su histórica participación en Sochi. Ellos lo patinaron, lo disfrutaron, y recibieron, felices y emocionados, el reconocimiento de un público que, ayer sí, llenaba el Iceberg Arena de la ciudad olímpica.

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