Análisis

Apuesto por medalla

Javier Fernandez, durante su programa corto. LUCY NICHOLSON (REUTERS)

Tiene tanta fuerza Javier Fernández en sus piernas y tanto ímpetu y pasión dentro de ese cuerpo que hasta en ejercicios de tanta potencia como estos saltos tan complicados llegó a rotar con exceso y pasarse un poco, unos errores pequeños en una coreografía de este nivel. Eso habla de un patinador con unas condiciones tan grandes que es capaz de todo ante los mejores especialistas del mundo.

Puede que a muchos el estilo de Javier les parezca similar al de otros, pero no es así. Él tiene su sello propio. Es un estilo elegante y varonil, capaz de mezclar la sensibilidad del ballet con los ...

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Tiene tanta fuerza Javier Fernández en sus piernas y tanto ímpetu y pasión dentro de ese cuerpo que hasta en ejercicios de tanta potencia como estos saltos tan complicados llegó a rotar con exceso y pasarse un poco, unos errores pequeños en una coreografía de este nivel. Eso habla de un patinador con unas condiciones tan grandes que es capaz de todo ante los mejores especialistas del mundo.

Puede que a muchos el estilo de Javier les parezca similar al de otros, pero no es así. Él tiene su sello propio. Es un estilo elegante y varonil, capaz de mezclar la sensibilidad del ballet con los movimientos más atléticos. Solo así alguien es capaz de hacer un salto de cuatro revoluciones con esa energía. Javier lo tiene todo, está entre la élite mundial ya a una edad tan temprana. Diría que tiene un estilo muy español, unos giros con templanza, un arte que representa lo nuestro. La música cuenta mucho y él está lleno de sentimiento y de temperamento. Normal que en esos momentos de gran tensión estuviera menos sonriente de lo que le conocemos. La música, de todos modos, se siente dentro, está muy unida al programa.

Hoy llega el programa largo, más completo, y seguramente Javier tenga más oportunidades ahora de demostrar toda su técnica, sobre todo porque ya se habrá sacudido esa presión de las primeras horas en unos Juegos. Javier es un chico con carisma. Eso lo tiene fuera de la pista, lo noté cuando le conocí, y lo veo ahora cuando patina. Apuesto por medalla.

Darío Villalba fue el primer patinador artístico español en unos Juegos de Invierno, 14º en Cortina d’Ampezzo 1956.

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