España se abona al sufrimiento

La campeona del mundo vence a Austria con muchos problemas (27-28) y solo le separa un partido de luchar por las medallas La selección se encomienda a Aginagalde para vencer, con muchos problemas, a Austria

Julen Aginagalde durante un lance del partido.AFP

Capaz de mirar a la cara a las selecciones de más enjundia, España sufre hasta el infinito contra rivales proclives al sosiego. Noruega le puso contra las cuerdas en la segunda jornada. Ante Austria, un equipo sin más en juego que la victoria ante la campeona del mundo, los de Cadenas contuvieron la respiración incluso cuando la campana había sonado. Szilagy no logró transformar el golpe franco para firmar las tablas definitivas. Pese a todo y mal que le pese al público danés, enfervorecido con Austria como si fuese su selección...

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Capaz de mirar a la cara a las selecciones de más enjundia, España sufre hasta el infinito contra rivales proclives al sosiego. Noruega le puso contra las cuerdas en la segunda jornada. Ante Austria, un equipo sin más en juego que la victoria ante la campeona del mundo, los de Cadenas contuvieron la respiración incluso cuando la campana había sonado. Szilagy no logró transformar el golpe franco para firmar las tablas definitivas. Pese a todo y mal que le pese al público danés, enfervorecido con Austria como si fuese su selección, España sigue dependiendo de sí misma. Solo con sacar algo productivo ante Macedonia este miércoles (16.00, Teledeporte) le metería en la lucha por las medallas.

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La vuelta de Aginagalde llevó a España a aplicar la máxima: ante la duda, balón a Julen. Con Sterbik ausente, no hay jugador en el equipo tan determinante como el irundarra. Los números, de líder (ocho goles de 10 lanzamientos), apenas reflejan el miedo que inflige en la defensa rival. El respeto ganado a base de batirse en los seis metros. Ni un minuto había jugado en los seis partidos de preparación ni en los cuatro de este Europeo. Le bastaron los primeros 30 minutos frente Austria para volver a sentar cátedra. La bestia estaba de regreso. Fue él quien sostuvo a una España cándida, incapaz de rematar un partido ante una rival sensiblemente inferior y sin nada que ganar.

Austria 27 - 28 España

Austria: Marinovic; Weber (5, 1p), Ziura (-), Szilagyi (5), Schlinger (2), Santos (3) y Posch (-) -equipo inicial- Bauer (ps), Edelmuller (-), Hermann (5), Schmid (6), Bozovic (-), Woss (-), Wilczyinski (-), Wagesreiter (1) y Kolar (-)

España: Pérez de Vargas; Víctor Tomás (2), Maqueda (4), Gedeón Guardiola (1), Morros (1), Cañellas (7, 5p) y Ugalde (-) -equipo inicial- Sierra (ps), Gurbindo (1), Rocas (-), Raúl Entrerríos (-), Sarmiento (-), Aginagalde (8), Andreu (-), Antonio García (-) y Rivera (4)

Marcador cada cinco minutos: 1-3, 3-5, 7-8, 11-10, 12-11 y 12-14 (Descanso) 15-17, 16-19, 18-22, 23-25, 25-27 y 27-28 (Final)

Arbitros: Gousko y Repkin (BLR). Excluyeron por dos minutos Ziura, Szilagyi, Schlinger y Posch por Austria; y a Víctor Tomás y Gedeón Guardiola por España.

Asistencia: 11.000 espectadores.

Si los dos puntos era cruciales, se antojaba más importante coger confianza. Lo tenía claro Viran, el guardián de una muralla aún con demasiadas grietas. Tan consciente era que, pese a los errores, dedicaba una cantidad ingente de esfuerzo en animar al compañero de turno. “¡Quillo, bien!”, le gritaba a Sierra. “¡Así, Gonzi, así!”, se desgañitaba antes de chocar el pecho con Pérez de Vargas. Si la defensa española hace aguas, la portería, sin Sterbik, termina por inundarse de balones. Constantes eran también los ánimos y las charlas con su torre gemela, Gedeón Guardiola. 

Dependía tanto España de Julen que este, en el segundo tramo, como confesó después del partido Cadenas, llegó a pedirle que le sentara para que sus compañeros buscasen otra alternativa, toda vez que los austriacos comprobaron que el ataque español solo pasaba por el pivote.

Los dos mejores partidos de España en este Europeo se han visto frente a los dos rivales de mayor entidad: Hungría, en la jornada inaugural y ante Dinamarca, donde pese a la derrota, sin pisar el acelerador a fondo dejó buenas sensaciones. Solo queda un partido para volver a cruzarse con un hueso en el todo o nada. Antes deberá vencer a Macedonia, a la que ya ganó con contundencia en la clasificación para el torneo. Un rival inferior, sí. De los que se le atragantan. Otros resultados. Macedonia, 36; Islandia 29. Dinamarca-Hungría.

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