El campeón vuela alto el primer día

Esta vez no perdió los patines como hace un año y si estaba nervioso solo lo notó él. Cuando salió a la pista helada de Budapest para defender el título europeo de patinaje artístico, el primero de un español, Javier Fernández estaba serio, concentrado, como ausente. Pero con las primeras notas de Satan takes a holiday, que no parece la típica canción para bailar, se relajó. Incluso cuando hizo el primer cuádruple. El madrileño parecía flotar en sus saltos y deslizarse con facilidad sobre el hielo como si revalidar la corona fuera lo más fácil del mundo y no el primer gran objetivo de...

Esta vez no perdió los patines como hace un año y si estaba nervioso solo lo notó él. Cuando salió a la pista helada de Budapest para defender el título europeo de patinaje artístico, el primero de un español, Javier Fernández estaba serio, concentrado, como ausente. Pero con las primeras notas de Satan takes a holiday, que no parece la típica canción para bailar, se relajó. Incluso cuando hizo el primer cuádruple. El madrileño parecía flotar en sus saltos y deslizarse con facilidad sobre el hielo como si revalidar la corona fuera lo más fácil del mundo y no el primer gran objetivo de esta temporada olímpica. Los jueces le dieron 91,56 puntos, que no solo es su mejor marca, la más alta de un Europeo  y la quinta de toda la historia del patinaje artístico en una gran competición, sino que además le coloca al frente de la clasificación con una cómoda ventaja de seis puntos sobre su inmediato perseguidor, el ruso Voronov. Y solo quedan tres semanas para los Juegos Olímpicos de Sochi.

La sonrisa del patinador al final del su actuación lo decía todo. Los saltos de su entrenador, Brian Orser, que cubrió esta vez su habitual traje con la llamativa chaqueta de Bosco, también. Aunque aún quedaban un par de patinadores por salir, ambos sabían que el nuevo programa, montado con toda la ambición del mundo y con vistas a los Juegos, había funcionado mejor que nunca. El público, que rompió en aplausos a cada pirueta, a cada giro, y los jueces lo confirmaron.

La nota da al madrileño tranquilidad de cara al sábado, cuando tendrá que ejecutar el nuevo programa libre, con el que ha sustituido el de Charlot que le hizo campeón de Europa y bronce mundial y que se le ha atragantado un poco a lo largo de la temporada. "Son programas que no se suelen llevar a los Juegos Olímpicos", explicaba el patinador antes de Navidad; "yo no quería nada dramático, así que escogimos músicas alegres y moviditas que van con mi personalidad".

Aunque la dificultad de ambos ejercicios es similar, para Fernández la nueva coreografía es "más complicada y exigente" que la anterior. "Me cuesta más hacerlo", reconocía. Y ha dejado a Charlot atrás -"me dio pena, pero los patinadores no podemos estancarnos"-, pero no se olvida del cine: ha escogido la música que Mancini compuso para Peter Gunn de fondo.

El otro español en Budapest, Javier Raya, también tendrá opción de patinar con los mejores del continente al lograr la 20ª nota (57,13).

Aunque Javier Fernández puede considerarse un patinador veterano porque lleva mucho tiempo en la alta competición solo tiene 22 años. Los últimos, los que ha pasado en Toronto bajo la atenta mirada de Orser, le han convertido en un competidor maduro y en un serio aspirante a todos los títulos. El sábado se decidirá el Europeo y en menos de un mes, el olímpico.