Tiempos de resistencia en el Barça

Tata Martino, durante el partido ante el Atlético GERARD JULIEN (AFP)

Martino se ganó a la plantilla cuando renunció a los fichajes en verano y también en invierno y ahora se ha hecho con el equipo a partir de alineaciones como la del Calderón. El técnico fue agradecido con el esfuerzo y los méritos de los futbolistas que han defendido el liderato en los partidos de entretiempo y les mantuvo en la formación el día en que se jugaba el partido más solemne de la Liga. Alexis, Cesc y Pedro se sintieron más importantes que Messi y Neymar en una jornada expresa para marcar diferencias y subrayar la jerarquía, nada de rotaciones, ante un rival irreductible y que juega ...

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Martino se ganó a la plantilla cuando renunció a los fichajes en verano y también en invierno y ahora se ha hecho con el equipo a partir de alineaciones como la del Calderón. El técnico fue agradecido con el esfuerzo y los méritos de los futbolistas que han defendido el liderato en los partidos de entretiempo y les mantuvo en la formación el día en que se jugaba el partido más solemne de la Liga. Alexis, Cesc y Pedro se sintieron más importantes que Messi y Neymar en una jornada expresa para marcar diferencias y subrayar la jerarquía, nada de rotaciones, ante un rival irreductible y que juega de memoria como el Atlético. Tocaba aguantar de salida en el Barça,

La resistencia azulgrana funcionó de forma razonable por la buena mezcla de los centrales y la combatividad de Pedro. Jugó el Barcelona a contener y, sobre todo, a no perder la pelota, para evitar las transiciones de los guerreros de Simeone. El equipo barcelonista fue tan respetuoso con el Atlético como lo había sido Martino con el plantel del Barça. Apenas hubo ocasiones de gol hasta el descanso, poco protagonismo de los volantes y delanteros, nada relevante en el partido, a excepción de los espasmódicos ataques rojiblancos y de las deliciosas apariciones de Arda Turan. No había casi noticias en cambio de Xavi.

Martino se ganó al plantel y se ha hecho con el equipo; ahora aguarda que sus figuras desequilibren en la exigencia

El poco intervencionismo del interior catalán impidió que el Barcelona se familiarizara con la pelota y se entregara a un ejercicio defensivo a la espera de Messi. A partir del sufrimiento, se imponía no vencerse en el bando barcelonista, madurar el partido, estar muy concentrado frente a un especialista en penalizar el error por el remate de Diego Costa. La lesión de Iniesta precipitó los acontecimientos y Messi salió a la cancha sin calentar, después del descanso, con 0-0. El plan de Martino parecía haber funcionado no solo desde el punto de vista del gobierno del vestuario sino del control de la contienda. Ahora le tocaba desequilibrar al 10 del Barcelona

El técnico prefirió acabar y no empezar con Messi. El delantero argentino se arrancó con un cambio de ritmo espectacular en el que se dejó media rodilla en un choque con Diego Costa. La jugada envalentonó momentáneamente al Atlético, que jamás precisó de un plan B, siempre fiel a su ideario, a su intensidad y vivacidad, muy competitivo, a gusto en el ida y vuelta en el que entró el choque, ya muy abierto, imposible para el mando del Barça. Tampoco podían los azulgrana en el cuerpo a cuerpo por la debilidad física de Messi y Neymar, rezagados en los momentos de exigencia defensiva, desenganchados de la media y la zaga.

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El repliegue del Atlético fue siempre tan rápido que apenas concedió remates a Messi. El 10, sin embargo, tuvo la mejor opción en un tiro a quemarropa que rechazó estupendamente Courtois. No pudieron marcar las diferencias finalmente ni Messi ni Neymar, desubicado, no se sabe si disgustado por la suplencia o debilitado por la gastroenteritis, y el Barcelona firmó el empate como buen resultado, circunstancia que avala por otra parte la trayectoria del Atlético por más que ayer actuara como local en su inexpugnable Calderón. Nada se le puede reprochar al solidario, bravo y bien trabajado grupo de Simeone. La Liga no fue a fin de cuentas diferente a la Supercopa.

El partido fue también un buen reflejo de la situación del Barcelona. Ha crecido como equipo respecto al final de la temporada pasada, recuperó su capacidad de resistencia, o si se quiere de supervivencia, suficiente para mandar en la Liga con los mismos puntos que el Atlético. Necesita ahora que sus figuras recuperen la mejor forma para resolver los encuentros más complicados como el de ayer contra el Atlético. Martino se ha ganado al equipo y a la plantilla. La duda está en cómo encajará a Messi y Neymar para desequilibrar al rival sin descomponer el sentido de equipo de su propio Barça y si le alcanzará para ganar los títulos y reconquistar la gloria.

Ayer, con el permiso del excelente Piqué, los protagonistas fueron la clase de Arda Turan y la fe y carácter del Atlético.

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