El Arsenal resiste

El equipo de Wenger se impone al Newcastle con un gol de Giroud y mantiene el liderato con un punto de ventaja sobre el City y dos sobre el Chelsea, que derrotó al Liverpool (2-1)

Giroud celebra su gol al NewcastleMichael Regan (Getty Images)

Sometido permanetemente al debate de su solidez competitiva por el historial de bajones que acumula temporada a temporada, el Arsenal ha respondido con dos victorias consecutivas cuando más de cerca ha sentido el aliento del Manchester City, y el Chlesea, que derrotó all Liverpool (2-1). Ha recuperado el empaque ante dos rivales ásperos, muy físicos y alejados de su propuesta, que le han servido para cerrar el año como líder en solitario. Si en el Boxing Day se impuso en el derbi al rudo West Ham (1-3), en St. Jame's Park se impuso con oficio, una de las taras que le suelen bajar a la tierra, ...

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Sometido permanetemente al debate de su solidez competitiva por el historial de bajones que acumula temporada a temporada, el Arsenal ha respondido con dos victorias consecutivas cuando más de cerca ha sentido el aliento del Manchester City, y el Chlesea, que derrotó all Liverpool (2-1). Ha recuperado el empaque ante dos rivales ásperos, muy físicos y alejados de su propuesta, que le han servido para cerrar el año como líder en solitario. Si en el Boxing Day se impuso en el derbi al rudo West Ham (1-3), en St. Jame's Park se impuso con oficio, una de las taras que le suelen bajar a la tierra, al vertical Newcastle, que llegaba en plena crecida.

Tuvo mucha pelota el equipo de Wenger, que aunque no le dio para generar muchas ocasiones, sí le dio para controlar el partido. Sin Özil y Wilshere, lesionados, entre Cazorla y Rosicky manejaron bien el juego en el centro del campo y a lo ancho. Fue en los últimos 20 metros donde el Arsenal encontró problemas para rentabilizar tanta posesión. Quizá temeroso de las contras del Newcastle por la velocidad de Remy y Gouffran, estiró poco a sus laterales Sagna y Gibbs. Tampoco Walcott desequilibró demasiado, aunque fue una falta botada por él, muy tocada, la que peinó Giroud para superar a Tim Krul a falta de 20 minutos.

Con un gol de ventaja y el Newcastle volcado a la tremenda, lanzado por los golpes de cintura de Ben Arfa, Wenger se blindó con Arteta para controlar el juego y se reforzó en defensa con Jenkinson. Aguantó el Arsenal la ventaja para firmar una de esas victorias con las que dicen que se ganan campeoantos y tantas veces ha sido incapaz de cerrar un equipo que por primera vez en mucho tiempo se ha plantado a mitad de temporada en lo más alto y no se ha caído.

Los blues hicieron un gran primer tiempo y luego Mou ordenó su clásico paso atrás para matar a la conra

En Stamford Bridge se enfrentaron el Chelsea y el Liverpool, los otros dos perseguidores del Arsenal. Ganó el eequipo de José Mourinho (2-1), que vivió de la gran primera parte que firmó con Lampard a la manija. Se adelantaron los reds muy pronto con un gol de Skrtel, que resolvió una jugada a balón parado mal rematada por Luis Suárez. Le duró poco la ventaja a los de Brendan Rodgers, menos atrevidos de lo que estuvieron en Etihad Stadium ante el City y con menos capacidad de respuesta para responder a la alta intensidad a la que el Chelsea llevó el partido en los primeros 45 minutos. Con David Luiz de mediocentro, muy bien en las anticipaciones, Lampard muy vertical en el toque y Hazard revoltoso, los blues pusieron cerco a la meta de Mignolet a una velocidad vertiginosa. Fue Hazard el que empató al cuarto de hora con un derechazo desde la frontal del área. Etoo hizo el 2-1 en un gol de oportunista, al ganarle la posición a Skrtel y estirar la pierna en un centro raso de Óscar. El encajonamiento al que el Chelsea sometió al Liverpool produjo un apagón inusual en Luis Suárez en lo que va de temporada. El uruguayo se reencontraba con Ivanovic, al que mordió la oreja el curso pasado y por lo que fue sancionado con diez partidos. El serbio saludó con gesto serio a Suárez, que le tendió la mano con una media sonrisa. Solo el veloz y hábil Sterling pudo generar algo de peligro.

Sin Lampard, que se quedó en la caseta en el descanso, Mourinho planteó un segundo tiempo con ese paso atrás que le caracterizó en algunos de los grandes partidos que disputó al frente del Madrid, y el Liverpool tomó la iniciativa, aunque tampoco hizo excesivo daño. Apareció un poco más Luis Suárez, al que Etoo derribó en el área sin balón en una jugada en la que Howard Webb, pese a producirse delante de él, no señaló nada. El tramo final del partido tuvo dos secuencias reseñables. Una, la dura entrada de Óscar a Leiva, que le hizo la tijera a ras de suelo para segarle. La otra, la de José Mourinho reclamando, visiblemente contrariado, a la hinchada del Chelsea que animara. Tras caer con el City, esta segunda derrota consecutiva deja al Liverpool a seis puntos de la cabeza.

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