Espargaró y la cláusula de la discordia

Si se proclama campeón de CRT, el piloto renovará de forma automática con el equipo de Aspar, aunque tiene ofertas para cambiar de aires

Misano -
Aleix Espargaró.Mirco Lazzari (GETTY)

Paradojas de la vida (y del deporte), terminar el año como el mejor piloto a los mandos de una CRT –esa subcategoría de MotoGP que nació dos años atrás– puede arrebatarle a Aleix Espargaró la oportunidad de seguir creciendo. O, al menos, intentarlo. Lo hizo tan bien en su primer año con la Aprilia del equipo Aspar que firmó una ampliación de contrato que ahora le quita el sueño: una cláusula le aboca a la renovación automática si se proclama campeón de CRT, como ocurrirá seguramente, entre otras cosas porque no piensa dejarse puntos por el camino para lograr su objetivo: salir del equipo. Firm...

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Paradojas de la vida (y del deporte), terminar el año como el mejor piloto a los mandos de una CRT –esa subcategoría de MotoGP que nació dos años atrás– puede arrebatarle a Aleix Espargaró la oportunidad de seguir creciendo. O, al menos, intentarlo. Lo hizo tan bien en su primer año con la Aprilia del equipo Aspar que firmó una ampliación de contrato que ahora le quita el sueño: una cláusula le aboca a la renovación automática si se proclama campeón de CRT, como ocurrirá seguramente, entre otras cosas porque no piensa dejarse puntos por el camino para lograr su objetivo: salir del equipo. Firmó sin leer lo que firmaba. Y se percató del error cuando a mediados de agosto cambió de representante. “Hay que ser más responsable”, asume.

Espargaró, con una oferta del equipo Forward para pilotar una Yamaha “cliente” –una moto que no será de fábrica pero llevará motor, basculante y chasis de Yamaha, gracias a los cambios en la reglamentación que poblarán la parrilla con motos con piezas salidas de Yamaha o Honda–, está atrapado en aquella cláusula. Tendría que pagar 600.000 euros para obtener su libertad, según la cláusula de rescisión del contrato. Se deshace en elogios hacia Jorge Martínez Aspar y sus mecánicos y asegura que solo se quiere marchar porque tiene ganas de mejorar técnicamente. “He llegado al 100% de esta moto”, dice. Y esa es la moto con la que piensa trabajar Aspar, que ha diseñado un proyecto a largo plazo con Aprilia y está convencido de que será competitivo –tan convencido que tiene prácticamente fichado a Nicky Hayden–; es más, trata de persuadir al mayor de los Espargaró de que la incógnita está en el taller de Forward, pues el híbrido con las piezas de Yamaha solo existe sobre el papel a estas alturas. “En ese punto es en el que chocamos”, señala el piloto, que cree que esa será la mejor moto “no de fábrica” del 2014.

De momento, las partes (todas) negocian para alcanzar un acuerdo amistoso. El representante del piloto, Albert Valera, el mismo de Lorenzo, busca ayuda en Forward pues los honorarios que cobrará Aleix a final de año son menos de la mitad de esos 600.000 euros. Aunque el margen de maniobra es escaso: “Mi primera opción es seguir con Aleix, pero si se quiere ir no puedo ponerle una pistola en la cabeza. Existe un contrato y me gustaría que se cumpliera, pero somos personas...”, desliza Aspar. Hablando se entiende la gente.

Mientras, el piloto firma (de momento) el mejor fin de semana de su carrera en MotoGP: se clasificó sexto con una moto teóricamente muy lejos de las que salen de fábrica y por delante de dos Honda satélite y las Ducati. En circuitos como este de Misano, donde la potencia no lo es todo y no hay curvas en primera, la ART (así es como se llama a la CRT de Aprilia) da la talla. “Nuestro chasis es una pasada. Hay que saber cuáles son nuestros puntos fuertes y explotarlos”, reconoce el chico que, por ahora, no puede decidir su futuro.

Sobre la firma

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