Opositores a distancia

Aceptado en todos los mentideros futbolísticos que la Liga será del Barcelona o del Real Madrid, está tarde se citan en Anoeta (19.00, C+ Liga) los dos equipos que se presentan a opositores en la distancia de ese duopolio que tanto irrita y hastía al resto de clubes, y ya también a muchos aficionados. Por lo que hicieron la temporada pasada y por cómo han despegado en la presente, Real Sociedad y Atlético, tercer y cuarto clasificados el curso pasado, se han instalado de saque en ese segundo escalón que acepta con realismo que la conquista del campeonato como una quimera.

Ni uno ni otro...

Aceptado en todos los mentideros futbolísticos que la Liga será del Barcelona o del Real Madrid, está tarde se citan en Anoeta (19.00, C+ Liga) los dos equipos que se presentan a opositores en la distancia de ese duopolio que tanto irrita y hastía al resto de clubes, y ya también a muchos aficionados. Por lo que hicieron la temporada pasada y por cómo han despegado en la presente, Real Sociedad y Atlético, tercer y cuarto clasificados el curso pasado, se han instalado de saque en ese segundo escalón que acepta con realismo que la conquista del campeonato como una quimera.

Ni uno ni otro creen que la fatalidad pueda recaer en un mismo curso sobre los dos grandes, que les quintuplican el presupuesto. Si es cierto, sin embargo, que cada uno con su estilo se manejan con ambición en cada partido. “Es verdad que la Real, el Valencia y nosotros estamos siendo muy competitivos de cara a toda la Liga en general. En la Real hay jugadores interesantes con muy buen pie de media cancha hacia adelante y gente peligrosa y con gol en las bandas”, analiza Diego Pablo Simeone, que anticipa un partido de “duro, de pocos espacios y buen juego aéreo”. “El Atlético es el equipo más en forma en este inicio del campeonato”, piropea el joven técnico realista Jagoba Arrasate. El duelo es atractivo por la contraposición de estilos, por la igualdad que caracterizó su dos últimos enfrentamientos —una victoria a domicilio (01) por cabeza— y por el puñado de buenos jugadores que reunen. A la cabeza de uno y otro se presentan Carlos Vela y Diego Costa, desequilibrantes por juego y goles en estos primeros pasos del campeonato. El estallido de Vela en la Real ya le convirtió la campaña anterior en el extranjero más determinante por detrás de Messi y Cristiano Ronaldo. Al Atlético le hizo mucho daño en el Calderón ejerciendo como falso nueve. Fue de los pocos delanteros que más hicieron sufrir a Miranda y a Godín, superados por la ausencia de referencias y su regate explosivo. “Vela está en forma y con ganas de competir”, le ensalza Arrasate.

El Atlético ficha a Alderweireld, internacional belga procedente del Ajax, por 7 millones de euros

El Atlético viajó a San Sebastian sin Martín Demichelis, que se desplazó a Manchester para pasar la revisión médica previa a su fichaje por el City, una vez que su recambio, el central Toby Alderweireld (Amberes, 24 años) hizo lo mismo por la mañana en la clínica Fremap de Majadahonda.

El internacional belga, procedente del Ajax, firmará por cuatro campañas y el club rojiblanco abonará 7 millones de euros. Por Demichelis, que llegó gratis este verano desde el Málaga y se va sin disputar un minuto oficial de rojiblanco, el Atlético ingresará 4 millones de euros según fuentes del club.

Alderweireld responde al prototipo de central criado en el Ajax, elegante en el corte y de precisa patada en largo, una cualidad que puede ser muy apreciada en el estilo directo del Atlético. Le pesa esa etiqueta de blando que recae sobre ese biotipo de centrales espigados de buen pie.

Alderweireld tiene entre sus grandes objetivos disputar el Mundial de Brasil pese a que llega a un equipo en el que Miranda y Godín han dejado muy pocos minutos a sus competidores en las dos últimas temporadas. Por edad, Demichelis tiene 32 años, su condición de primer suplente del eje central de la defensa colchonera tiene una lectura distinta. El argentino encajaba más en el rol de un veterano comprometido con elevar el nivel de competencia a la espera de una oportunidad que con el de un jugador con ocho años menos con cierta proyección internacional.