Nueva York en la cabeza

Nadal, exigido mentalmente por su gran curso, programa su descanso para afrontar con frescura el Abierto de EEUU

Rafael Nadal, abrazado al trofeo de campeón.Al Behrman (AP)

Es el doble filo de la victoria. Rafael Nadal llegará a Nueva York, donde desde el lunes se disputa el Abierto de EEUU, tras un verano glorioso. Sus dos títulos en sendos Masters 1000 sobre cemento, acompañados por triunfos del máximo prestigio (cayeron Djokovic, Federer, Berdych...), deben ser el trampolín que le permita asaltar el título y el número uno rebosante de confianza. Sin embargo, para subirse hasta esa rampa de lanzamiento, Nadal debió hacer un gasto físico inusitado para un tenista que llevaba casi siete semanas sin competir y se vio forzado a consumir parte de sus reservas emocio...

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Es el doble filo de la victoria. Rafael Nadal llegará a Nueva York, donde desde el lunes se disputa el Abierto de EEUU, tras un verano glorioso. Sus dos títulos en sendos Masters 1000 sobre cemento, acompañados por triunfos del máximo prestigio (cayeron Djokovic, Federer, Berdych...), deben ser el trampolín que le permita asaltar el título y el número uno rebosante de confianza. Sin embargo, para subirse hasta esa rampa de lanzamiento, Nadal debió hacer un gasto físico inusitado para un tenista que llevaba casi siete semanas sin competir y se vio forzado a consumir parte de sus reservas emocionales. Para contrarestar el desgaste, el número dos ha diseñado un programa de descanso que le haga llegar a la gran manzana con las piernas y la cabeza tan finas como la raqueta, para poder defender sobre la pista su condición de máximo favorito. El último tenista que ganó estos dos Masters 1000 consecutivamente también se coronó en Nueva York (Andy Roddick, en 2003).

“En Montreal hice un torneo muy completo, y eso me dio mucha confianza. Llegué aquí [Cincinnati], hice un buen primer partido, y a partir de ahí fui adaptándome un poquito a las situaciones”, explicó en los micrófonos de Tve. “Evidentemente, cuando uno juega dos semanas seguidas al máximo nivel, contra rivales que te exigen el máximo cada día, pues mentalmente uno llega un poquito agotado a los finales de la segunda semana. Llevo dos días que me noto un poquito cansado, pero el esfuerzo vale la pena”. Luego, en rueda de prensa, dijo: “Estos rivales llevan tu cuerpo y tu tenis hasta el límite”.

Cuando uno juega dos semanas seguidas al máximo nivel, contra rivales que te exigen el máximo cada día, pues mentalmente uno llega un poquito agotado a los finales de la segunda semana

Nadal ha competido 56 partidos en lo que va de año y solo ha perdido tres. Ahora mismo cabalga sobre una ola de confianza que salpica y ahoga a todos sus contrarios. Para seguir en esa posición, el español descansará los dos primeros días que pase en Nueva York, agitará sus rutinas cambiando de consejero técnico, como ya estaba previsto —Toni estará en su banquillo, sustituyendo a Francis Roig, que fue quien viajó a Montreal y Cincinnati—; y empezará a entrenarse de menos a más. Mientras Nadal jugaba y ganaba partidos de fuego, disparando más rápido que nunca para limitar en lo posible el desgaste físico, el resto de favoritos descansaban. Mientras el español acumulaba 10 partidos en las piernas y dos títulos, el serbio Novak Djokovic sumaba siete; el británico Andy Murray cinco; y el suizo Roger Federer cuatro.

¿Influye eso en algo a un tenista mercurial que empezó el verano con la rodilla izquierda vendada?

“Los comienzos son más duros a nivel de rendimiento físico cuando vuelves a la competición tras siete semanas sin jugar al tenis ni tener la posibilidad de entrenarte mucho”, valoró Nadal sobre el parón que medió entre su derrota a la primera en Wimbledon y el torneo de Montreal. “Jugar muchos partidos te hace estar más en forma”, añadió el mallorquín, que como no podía ser de otra forma valoró en positivo su verano. “Para mí, esta ha sido la preparación perfecta para el Abierto de Estados Unidos”.

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