España apunta a otro bronce

El dúo técnico de sincronizada vuelve a instalarse en la tercera posición detrás de Rusia y China

Margalida Crespí y Ona Carbonell nadan el dúo técnico. ALBERTO ESTÉVEZ (EFE)

La sesión de natación sincronizada de la mañana en el Palau Sant Jordi acabó sellando una jerarquía igual a la de ayer: primero, Rusia, segundo China, tercero España, y cuarto Ucrania. El dúo que conforman Margalida Crespí y Ona Carbonell ejecutaron los elementos técnicos prescriptivos con precisión rítmica, tac, tac, tac. Los jueces las puntuaron con 93,900 puntos y pasaron a la segunda final de la especialidad sin grandes emociones, con la certeza de que ganarán el bronce esta noche (a partir de las 19.00, Teledeporte) para sumar la segunda medalla de España en los Mundiales.

La natac...

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La sesión de natación sincronizada de la mañana en el Palau Sant Jordi acabó sellando una jerarquía igual a la de ayer: primero, Rusia, segundo China, tercero España, y cuarto Ucrania. El dúo que conforman Margalida Crespí y Ona Carbonell ejecutaron los elementos técnicos prescriptivos con precisión rítmica, tac, tac, tac. Los jueces las puntuaron con 93,900 puntos y pasaron a la segunda final de la especialidad sin grandes emociones, con la certeza de que ganarán el bronce esta noche (a partir de las 19.00, Teledeporte) para sumar la segunda medalla de España en los Mundiales.

La natación sincronizada se encamina hacia una situación de inmovilismo. El equilibrio termodinámico amenaza a este deporte en el que los intercambios son cada vez más tibios, cada país se ha constituido en un compartimento estanco donde los equipos solo parecen competir contra sí mismos, la innovación se ha paralizado, y tanto jueces como nadadoras se muestran proclives a aceptar la rigidez con resignación. Todo es previsible. Siempre que Rusia, China y España se inscriban en una prueba, salvo suceso extraordinario, se repartirán los tres primeros puestos. Tras la preliminar de dúos, la clasificación describió la realidad actual. Rusia, 97,000 puntos; China, 94,800; España, 93,900; Ucrania, 91,800; y Japón, 90,400. ¿A dónde han ido a parar Francia, Canadá y Estados Unidos, antaño tan optimistas?

En medio de las tendencias apáticas de las antiguas potencias, Ucrania ha evolucionado notablemente. Lo advierten los jueces. Las nadadoras de esta ex república soviética tienen talento y una buena escuela de gimnasia. Solo les falta una visión más abierta e innovadora en el plano musical y coreográfico para aproximarse a España como una verdadera amenaza. De momento, todo hace pensar que el equipo local puede permanecer confortablemente instalado en su nicho de bronce, a la espera de que las chinas bajen el nivel, o de que no se presenten a competir, cosa que harán en las pruebas de equipos.

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