El Olimpo y la tierra

Nadal impone 6-0 y 6-4 sus galones ante Andújar, y buscará su título 40 en la superficie contra Wawrinka, al que domina 8-0

Andújar y Nadal se saludan tras el partido.J. SORIANO (AFP)

El partido golpea a Pablo Andújar con toda la fuerza de la realidad. El conquense, que es el número 113 mundial, llega a las primeras semifinales de un masters 1000 en su carrera viviendo un sueño. Un dato le proporciona seguridad: durante la semana, en el Mutua Madrid Open, salva 24 de las 27 bolas de break a las que se enfrenta (89%, el segundo mejor en la estadística). Rafael Nadal, su contrario, tarda tres minutos en enseñarle la diferencia entre las pistas exteriores y la central: consigue el primer break, suma un total de tres en la primera manga (6-0 vertiginoso: 24 minutos) y se lleva ...

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El partido golpea a Pablo Andújar con toda la fuerza de la realidad. El conquense, que es el número 113 mundial, llega a las primeras semifinales de un masters 1000 en su carrera viviendo un sueño. Un dato le proporciona seguridad: durante la semana, en el Mutua Madrid Open, salva 24 de las 27 bolas de break a las que se enfrenta (89%, el segundo mejor en la estadística). Rafael Nadal, su contrario, tarda tres minutos en enseñarle la diferencia entre las pistas exteriores y la central: consigue el primer break, suma un total de tres en la primera manga (6-0 vertiginoso: 24 minutos) y se lleva el partido en 1h 16m (6-0 y 6-4). El mallorquín jugará contra Stan The Man Wawrinka (6-3, 4-6 y 6-4 a Berdych) su séptima final en otros tantos torneos desde que en febrero volvió a competir tras siete meses parado por una rotura parcial de ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda.

Allí donde tantos otros han dimitido, el número 113 mundial le pone orgullo, puños apretados, cambios de ritmo

Andújar, sin embargo, no acepta que todo parece dirigirse hacia su inevitable derrota. Encaja el 0-6 con tranquilidad. Sabe que cinco de las nueve victorias que ha conseguido en 2013 nacieron de un set en contra. Que está acostumbrado a remontar. Que tiene piernas, pulmones y la calma mental necesaria. Gana el primer juego de la segunda manga y se asienta sobre el albero. Cree. Allí donde tantos otros han dimitido, él le pone orgullo, puños apretados, cambios de ritmo. Andújar, que ante todo es un tenista de fondo, se atreve con un par de saques-red, porque no quiere despedirse sin haberlo probado todo ante el mejor jugador de la historia sobre arcilla. Crece desde su servicio y se procura dos bolas de break (3-2 y 15-40). Nadal las borra a golpetazos y se encuentra con una tercera (ventaja del conquense). Una vez más, el juez de silla le advierte por tomarse más tiempo del debido. Una vez más, el número cinco mundial reacciona con un ataque de furia: coloca un ace de fuego que le niega la rotura a Andújar, y se lanza a por el duelo.

Hay, por supuesto, un escalón competitivo entre los dos contrarios. Nadal sube el listón en los momentos clave, no necesita de su mejor versión en el conjunto del partido. Simplemente, igual que un cazador, espera al momento justo, con el justo gasto de energías. Rompe en el 4-4 y se queda a un solo paso del título. El domingo, en Madrid y frente a Wawrinka, al que domina 8-0, tendrá la oportunidad de sumar otro masters 1000 a su lista de récord (tiene 22, más que nadie), podrá intentar igualar a Thomas Muster como el segundo tenista con más títulos sobre arcilla (40, por los 45 de Guillermo Vilas) y luchará por seguir optando a arrebatarle a David Ferrer el número cuatro mundial antes del sorteo del cuadro de Roland Garros (desde el 26 de mayo). Todo, en un partido.

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