Luz después del túnel

El sexto puesto de Popa y el noveno de Vargas son la primera buena noticia para la gimnasia femenina en los últimos meses Fabián González, 6º, y Rubén López 16º

Roxana Popa durante el ejercicio de barra fijaYURI KOCHETKOV (EFE)

La gimnasia femenina lleva meses, años incluso, sumida en la oscuridad. Primero por la falta de resultados, incapaz de clasificar al equipo completo para los Juegos de Londres por segundo ciclo consecutivo, y después por la investigación abierta contra el seleccionador durante 33 años, Jesús Carballo, hoy apartado, por la denuncia de una antigua gimnasta. Por eso el sexto puesto logrado hoy por Roxana Popa en los Europeos de Moscú (y el noveno de María Paula Vargas) son un fogonazo de optimismo. No solo porque Popa es una debutante de solo 15 años sino porque puede ser la líder que el equipo n...

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La gimnasia femenina lleva meses, años incluso, sumida en la oscuridad. Primero por la falta de resultados, incapaz de clasificar al equipo completo para los Juegos de Londres por segundo ciclo consecutivo, y después por la investigación abierta contra el seleccionador durante 33 años, Jesús Carballo, hoy apartado, por la denuncia de una antigua gimnasta. Por eso el sexto puesto logrado hoy por Roxana Popa en los Europeos de Moscú (y el noveno de María Paula Vargas) son un fogonazo de optimismo. No solo porque Popa es una debutante de solo 15 años sino porque puede ser la líder que el equipo necesita para llegar entero a Río 2016.

Las dos gimnastas llegaban a los Europeos sin objetivos ambiciosos. “Solo queremos competir bien”, decían, tímidas, un par de días antes de viajar a Moscú al acabar el entrenamiento. Lo han conseguido. Las dos han hecho los cuatro aparatos sin grandes fallos, incluso con mejores notas que el día de la clasificación.

Popa estaba encuadrada en el grupo de las favoritas, con la rusa Mustafina (que se llevó el título) y la rumana Iordache (plata), que había sido la mejor el primer día. Pero su guerra era otra. Era acabar la barra sin problemas, brillar algo más en el suelo (donde el domingo luchará por una medalla en las finales por aparatos) y el salto y terminar en las paralelas, donde tiene un ejercicio espectacular, con varias sueltas y una salida de máximo nivel.

Resultados

Hombres. 1. David Belyavski (Rusia), 89,799. 2. Max Whitlock (Reino Unido), 89,106. 3. Oleg Vernaiev (Ucrania), 88,398. 6. Fabián González, 86,499. 16. Rubén López, 81,698.

Mujeres: 1. Aliya Mustafina (Rusia), 59,032 puntos. 2. Larisa Iordache (Rumanía), 58,432. 3. Anastasia Grishina (Rusia), 57,932. 6. Roxana Popa, 55,699. 9. María Paula Vargas, 54,333.

Popa, que nació en Rumanía pero llegó a España con seis años siguiendo a sus padres, que habían emigrado antes por razones económicas, es una gimnasta diferente: tiene el potencial físico necesario para este deporte, claro, pero añade grandes dosis de ambición y una cabeza hecha para competir. Y es muy joven aún. El único pero es ese codo del que fue operada dos veces cuando aún estaba creciendo y que la hace entrenarse con más cuidado que sus compañeras. La española acabó contenta, posando con todo el equipo rumano.

El resultado de las españolas fue bueno por imprevisible. La gimnasia española ha perdido nombre en los últimos años por la ausencia de buenos resultados y era una incógnita cómo iban a recibir las jueces los nuevos ejercicios. Los chicos, sin embargo, cumplieron con su calidad y experiencia. Fabián González, noveno en los Juegos Olímpicos el pasado verano, acabó sexto, aunque salvó como pudo el potro con arcos, y Rubén López, también olímpico, fue 16º. España ha viajado a Moscú con un equipo mínimo por la crisis económica.

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