Suárez rompe la triple condena

El acierto del alero desde el 6,75 (cuatro de cuatro) permite al Madrid sortear su racha negativa con una sufrida victoria ante el CAI (75-84)

Felipe Reyes, ante el CAI ZaragozaToni Galán (EFE)

El interruptor estaba en Zaragoza y lo encontró un chico de Aranjuez. Carlos Suárez encendió el perímetro del Madrid (cuatro de cuatro en triples) para iluminar la 24ª victoria del líder y romper con la racha de tres derrotas consecutivas que había llevado a los blancos al diván. El acierto del alero desde el 6,75 permitió a los de Laso salvar la papeleta ante un correoso CAI que apuró hasta el final sus opciones. Begic sostuvo a su equipo en el tramo inicial y cuando se le acabó el carrete los suyos volvieron a caminar por la cornisa. Esta vez no resbalaron y, a la espera del viaje a Moscú pa...

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El interruptor estaba en Zaragoza y lo encontró un chico de Aranjuez. Carlos Suárez encendió el perímetro del Madrid (cuatro de cuatro en triples) para iluminar la 24ª victoria del líder y romper con la racha de tres derrotas consecutivas que había llevado a los blancos al diván. El acierto del alero desde el 6,75 permitió a los de Laso salvar la papeleta ante un correoso CAI que apuró hasta el final sus opciones. Begic sostuvo a su equipo en el tramo inicial y cuando se le acabó el carrete los suyos volvieron a caminar por la cornisa. Esta vez no resbalaron y, a la espera del viaje a Moscú para jugar con el CSKA y retomar el rumbo en Europa, sortean la racha negativa.

El dominio en el rebote ofensivo, el impulso inicial de Rudy y los puntos de Begic dieron a los blancos las primeras ventajas en el partido. De nuevo errático en el perímetro (uno de ocho en el primer cuarto; uno de 12 al descanso; y siete de 25 al final, un 28% de acierto), el Madrid apostó por un giro de guion y se aplicó en la pintura. 23 de los 30 primeros puntos del equipo de Laso llegaron bajo el aro rival, 12 de ellos de Begic, que encontró un filón en Zaragoza. El gigantón esloveno (2,16m), que ya se lució en la primera vuelta ante el CAI, impuso su envergadura y su metódica parsimonia frente todas las parejas de baile que le colocó José Luis Abos y lanzó al líder en el marcador (20-30, m. 14). Solo Norel y Roll, autores de 20 de los 26 primeros puntos de su equipo, eran capaces de anotar con fluidez en el arranque de los locales. Pero con Mirotic desenfocado y la línea de tres convertida en una alambrada electrificada (uno de 12 al descanso) al Madrid le costaba encontrar la velocidad de crucero. Apenas acumuló seis puntos de renta (32-38) antes de retirarse al vestuario.

CAI, 75 - Real Madrid, 84

CAI Zaragoza (13+19+27+16): Roll (8), Van Rossom (5), Rudez (15), Norel (15), Aguilar (13) -cinco inicial- Jones (6), Stefansson (4), Llompart (4), Fontet (-) y Toppert (5).

Real Madrid (21+17+21+25): Rudy Fernández (18), Suárez (12), Mirotic (3), Begic (20), Llull (8) -cinco inicial- Felipe Reyes (10), Sergio Rodríguez (7), Hettsheimeir (2), Carroll (2), Darden (-) y Slaughter (2).

Árbitros: García González, Calatrava y Pérez Niz. Sin eliminados.

Príncipe Felipe de Zaragoza: 9.600 espectadores.

Con el cuerpo magullado y la mente turbada después de tres derrotas consecutivas, los de Laso decidieron retomar el optimismo desde la concreción. El equipo se volcó en aprovechar la racha de Begic, iluminado como pocas veces. Todas las flechas le apuntaban a él. Como ya ocurriera con la llegada de Hettsheimeir, el sólido rumor de la contratación de Salah Mejri (2,17m) para la próxima temporada, le sirvió de acicate. Mientras el pívot tunecino del Blusens se lucía en Santiago (24 puntos y ocho rebotes) en la victoria del cuadro gallego ante el Asefa Estudiantes (82-71), Begic (2,16m) se reivindicaba en Zaragoza (20 puntos y seis capturas) como si de un particular partido simultáneo se tratara.

A tirones, los blancos fueron ensayando la victoria (32-43, m. 21) agarrados siempre al dominio en el rebote (25-39), sobre todo en ataque (8-16), y a las espectaculares acciones de Rudy (18 puntos). Sin embargo, la aparición de Aguilar y, sobre todo, de Rudez, equilibró la batalla bajo los aros, acompañando así la aportación de Norel. Con un parcial de 10-4, los rojos se arrimaron en el marcador (42-47, m. 24) y con otro de 11-5 asaltaron al Madrid (59-59, m. 30). Para entonces, el CAI era un constante espíritu colectivo y el Madrid una suma de arrebatos episódicos. Llull seguía negado en el triple (0 de cuatro), Carroll anotó sus dos únicos puntos a seis minutos del final, Mirotic solo firmó una canasta en juego y Hettsheimeir acumuló más faltas (4) que minutos en pista (2m48s).

A Begic se le agotó el depósito en el tramo final y solo Rudy y Felipe mantuvieron el tipo ante el aro rival. No hubo noticias de Draper y Sergio Rodríguez y Llull se entregaron más a la prisa que a la velocidad. Pero también pecó de precipitación el CAI, presa de la ansiedad ante la opción de triunfo. Inopinadamente fue Carlos Suárez el que encontró el interruptor para encender los triples del Madrid. Cuatro aciertos del alero en sus cuatro lanzamientos (los dos últimos en momentos tan cruciales como comprometidos) y uno más de Sergio Rodríguez sentenciaron la 24ª victoria del líder en 26 jornadas. Crédito suficiente para superar el bache.

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