Crónica

Un efecto y un portero

Un pase espectacular de Ibai que propició el gol de Susaeta y la actuación de Iraizoz rescatan al Athletic ante Osasuna

Damià y De Marcos luchan por el balón.J. DIGES (EFE)

Con ese aire de equipo que sabe a qué quiere jugar, pero no cómo. Con ese aire de fragilidad que transmite, pese a la intensidad con la que se emplea, el Athletic se llevó los tres puntos de Pamplona. Lo hizo por la gracia de un giro de tobillo de Ibai Gómez y porque Iraizoz justificó su regreso a la titularidad con un par de intervenciones decisivas. Con su suplencia, Bielsa había tocado una fibra muy sensible en el entramado de un equipo. Un error que el mismo técnico argentino no ha tenido inconveniente en reconocer. Experimentó con la delicada situación que atraviesa el equipo sin saber có...

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Con ese aire de equipo que sabe a qué quiere jugar, pero no cómo. Con ese aire de fragilidad que transmite, pese a la intensidad con la que se emplea, el Athletic se llevó los tres puntos de Pamplona. Lo hizo por la gracia de un giro de tobillo de Ibai Gómez y porque Iraizoz justificó su regreso a la titularidad con un par de intervenciones decisivas. Con su suplencia, Bielsa había tocado una fibra muy sensible en el entramado de un equipo. Un error que el mismo técnico argentino no ha tenido inconveniente en reconocer. Experimentó con la delicada situación que atraviesa el equipo sin saber cómo respondería Raúl, el meta suplente, a la exigencia y a las derrotas. Una decisión arriesgada que le ha costado unos cuantos puntos. El regreso de Iraizoz fue vital para un conjunto que parece destinado a penar de aquí al final del campeonato.

No había plasmado el equipo de Bielsa un partido para ganar ni mucho menos cuando se encontró con el gol. Ni siquiera había jugado para poder defender que mereció el empate. Pero tuvo de su parte la calidad en el golpeo de Ibai, quizá uno de los mejores jugadores de Primera en cuestiones de manejo del interior y del exterior cuando se trata de poner centros al área. El chico sacó un centro desde la izquierda cruzado y envenenado al segundo palo. La pelota salió teledirigida desde la parte externa de su bota derecha hacia la llegada de Susaeta, que a un toque resolvió ante Andrés Fernández.

OSASUNA, 0; ATHLETIC, 1

Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Arribas, Flaño, Damiá (Puñal, m. 84), Lolo, Silva, Oier (Joseba Llorente, m. 71), De las Cuevas (Masoud, m. 66), Armenteros y Kike Sola. No utilizados: Ricardo, Cejudo, Nino y Nano.

Athletic: Iraizoz; Iraola, San Jose, Laporte, Aurtenetxe; Iturraspe, Herrera, De Marcos (Ekiza, m. 72); Susaeta (Toquero, m. 90), Aduriz (Llorente, m. 60), Ibai Gomez.. No utilizados: Raúl; Castillo, Ramalho e Iñigo Martínez.

Gol: 0-1. M. 63. Susaeta.

Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Iraizoz, San José, Iturraspe, Ander Herrera y Joseba Llorente.

Unos 19.000 espectadores en el Reyno de Navarra.

Fue el partido de Osasuna en toda su dimensión, excepto el tramo final del primer tiempo. No quiso Mendilibar entretener el duelo en el centro del campo y ordenó un juego directo, de choque y entradas por las bandas. Un ritmo y una propuesta que al Athletic en otros tiempos no tan lejanos no le hubieran supuesto tantos problemas. Entre Lolo y Oier ganaron la batalla de las segundas jugadas y entre De las Cuevas y Armenteros se encargaron de acelerar las llegadas al área de Iraizoz.

Fue Armeteros el primero que avisó con un disparo raso desde la frontal que propició la primera intervención comprometida de Iraizoz. La inocencia de Oier en un remate de cabeza tras una rosca de Armenteros a balón parado impidió el gol rojillo. Con toda la portería a su favor, el osasunista no tuvo intención en el remate, se limitó a poner la cabeza sin darle dirección alguna. De las Cuevas volvió a enseñar esa fragilidad del Athletic, principalmente atrás. Recibió en medio de la frontal del área un pase que le permitió controlar y levantar la cabeza, con San José y Laporte flanqueándole a la distancia. No estuvo fino De las Cuevas en el disparo, alto, cuando lo tenía todo para haber tratado de esquinarlo.

Solo en el último cuarto de hora del primer tiempo se estiró el Athletic con verdadera capacidad para hacer daño. Lo hizo por el costado de Iraola, que no parece haber perdido el criterio para jugar, aunque el resto le acompañe poco. Un centro suyo desde la derecha no lo aprovechó Aduriz, que fue incomodado en el salto.

El paisaje no cambió en el segundo tiempo. Osasuna siguió mandando en el encuentro con las mismas armas que lo había hecho. Se vio más ambicioso y se fue a por el partido. No encontraba respuesta alguna en el Athletic, que echa de menos combinaciones más frecuentes entre sus centrocampistas. Apenas hay rastro de aquel equipo volcánico que desarbolaba a los contrarios con movilidad y una circulación de la pelota en los últimos metros clara y precisa.

Se encontró con ese tanto en la mejor jugada que pudo plasmar y luego se limitó a defenderlo. Iraizoz hizo un par de intervenciones más en esa carga final en la que el Athletic ya quiso saber poco de desplegarse.

Se atrincheró para conservar tres puntos que le pueden ayudar a encontrar cierta estabilidad durante la semana, si es que eso es posible esta temporada. Una derrota le hubiera generado un incendio más en una situación que aún sigue siendo delicada. Necesita el Athletic que le aparezcan más jugadores de peso con la pelota, porque con la insistencia de su entrenador se antoja complicado o saber a qué quieren jugar. El problema es cómo ejecutar otra vez esa propuesta que tanto le dio el curso pasado y en esta le tiene al borde del abismo.

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