A Caparrós se le agota el discurso

El técnico sufre en el Mallorca su primera destitución en Primera

Caparros y Serras, en la rueda de prensaFoto: atlas | Vídeo: M. BORRAS

A Caparrós no le sirvió más el discurso de la intensidad. Cinco meses se ha pasado el entrenador utrerano reclamando vigor y compromiso a sus jugadores. Los mismos que lleva el Mallorca sin conocer la victoria en su campo (2-0, frente al Valencia, el 23 de septiembre). El esfuerzo del técnico ha sido en vano y en Son Moix, después de cada derrota, sus declaraciones ya sonaban como una cantinela repetitiva, limitada y estéril. El descalabro mayúsculo parecía requerir algo más que la fórmula del “hay que apretar”, reiterada en cada comparecencia como diagnóstico casi único, mientras el conjunto ...

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A Caparrós no le sirvió más el discurso de la intensidad. Cinco meses se ha pasado el entrenador utrerano reclamando vigor y compromiso a sus jugadores. Los mismos que lleva el Mallorca sin conocer la victoria en su campo (2-0, frente al Valencia, el 23 de septiembre). El esfuerzo del técnico ha sido en vano y en Son Moix, después de cada derrota, sus declaraciones ya sonaban como una cantinela repetitiva, limitada y estéril. El descalabro mayúsculo parecía requerir algo más que la fórmula del “hay que apretar”, reiterada en cada comparecencia como diagnóstico casi único, mientras el conjunto caía en picado y sin remedio. El último revés fue en Anoeta el domingo, con un 3-0 incontestable y la imagen del equipo otra vez por los suelos.

Tras comenzar el curso al galope, encadenando cuatro victorias y dos empates, el Mallorca se quedó seco. De los últimos 50 puntos disputados desde entonces, ha sumado solo seis. Los habituales planteamientos defensivos de Caparrós no han evitado que el conjunto balear sea el segundo más goleado de la tabla, con 42 tantos en contra, y se haya hundido en los puestos de descenso. Tras conocer su primera destitución como entrenador en un equipo de la máxima categoría, Caparrós, de 57 años, aseguró no querer buscar excusas, pero mencionó las lesiones y la fortuna como factores que han marcado el devenir del Mallorca este curso.

Serra Ferrer comunicó la decisión a la plantilla apenas una hora antes de anunciarla oficialmente en una rueda de prensa conjunta en la que el máximo accionista del club y el ya extécnico se deshicieron en elogios mutuos. Caparrós alabó la confianza recibida de Serra Ferrer —“un hombre de fútbol”, de quien destacó su pasado como entrenador— y agradeció el apoyo de la afición, “no muy numerosa, pero entregada”, y de sus futbolistas, “una plantilla de Champions”. El entrenador lamentó que las lesiones golpearon gravemente al grupo a principios de la temporada, cuando el equipo “estaba empezando a cuajar”. En el año y medio que Caparrós ha estado en el banquillo balear, los resultados siempre tardaron en llegar: tras aterrizar en la isla en octubre de 2011, el primer triunfo se hizo esperar siete jornadas, pero el equipo acabó adquiriendo una solidez que este año se ha esfumado de la noche a la mañana.

Serra Ferrer, que baraja los nombres de Bernd Schuster y Gregorio Manzano para dirigir al Mallorca en lo que resta de curso, destacó las “lecciones de generosidad” de Caparrós, pero admitió la necesidad apremiante de buscar un revulsivo para cambiar la situación del equipo y lograr el objetivo de la permanencia. En sus palabras se adivinó el agradecimiento hacia el técnico por su apoyo público durante la batalla que continúa abierta en el consejo de administración del club entre los partidarios y los opositores a Serra Ferrer. Una inestabilidad institucional que también ha lastrado al equipo desde la pretemporada.

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