Eslovenia se cuela en la fiesta

El rival de España no entraba en las quinielas de nadie, pero llega invicta y sin nada que perder porque ya ha cumplido

Zorman celebra la victoria ante Rusia.Alberto Estévez (EFE)

A las semifinales llegan tres de las cuatro selecciones que aparecían en todas las quinielas aquel ya lejano 11 de enero cuando empezó todo. Hay una cuarta, la rival hoy de España, en la que nadie confiaba. En silencio, y con un camino relativamente cómodo, aterriza en el Sant Jordi una invicta Eslovenia, sin nada que perder, ávidos de seguir disfrutando de una fiesta a la que nadie les había invitado.

A buen seguro, los eslovenos se encomendarán a la batuta de Uros Zorman. También a su cabeza. La primera la domina a la perfección. De la segunda sigue habiendo ciertas dudas, como consta...

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A las semifinales llegan tres de las cuatro selecciones que aparecían en todas las quinielas aquel ya lejano 11 de enero cuando empezó todo. Hay una cuarta, la rival hoy de España, en la que nadie confiaba. En silencio, y con un camino relativamente cómodo, aterriza en el Sant Jordi una invicta Eslovenia, sin nada que perder, ávidos de seguir disfrutando de una fiesta a la que nadie les había invitado.

A buen seguro, los eslovenos se encomendarán a la batuta de Uros Zorman. También a su cabeza. La primera la domina a la perfección. De la segunda sigue habiendo ciertas dudas, como constató en su paso por España –jugó en el Ademar y en Ciudad Real-, aunque parece haberse tranquilizado en el Kielce, polaco, lo que hace más peligroso al central.

Los eslovenos se encomendarán a la batuta de Uros Zorman, ex del Ademar y el Ciudad Real

Como le ocurriese en cuartos ante Alemania, Valero Rivera tendrá que aleccionar a los suyos sobre un equipo en el que no hay, salvo Zorman, un claro peligro al que poner freno, toda vez que Dragan Gajic, su bombardero, se lesionó. Sí tiene Eslovenia un equipo completo, que alterna la veteranía de gente como Luka Zvizej (32 años; ex Barça y Cantabria), y la juventud de Dolenec, 24 años de brazo armado y que ya ha anotado 31 goles con un 75% de acierto. A ello hay que añadirle una de las porterías más sólidas del campeonato, algo que tampoco parecía que fuese a ser así. Aunque quien más minutos disputa es Skof, el papel de Prost, quinto con más eficacia, está reafirmando de nuevo al guardameta que fue despedido por el Montpellier tras verse implicado en el caso de las apuestas ilegales.

Fuera del parqué del inmaculado Sant Jordi, hay otro fantasma que acecha a la selección y al que recurren constantemente jugadores y exjugadores: confiarse es sinónimo de perder. Desde 1999, es la quinta vez que España alcanza una final de un Mundial. De momento, solo ha ganado una, la de 2005, que terminó en oro.

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