A Messi le chafan la fiesta

La noche era demasiado fría, pero muchos, llegaron empujados por la idea de ver y, en gran parte, aplaudir al argentino

Messi posa con los balones de oro, antes del partido.albert gea (reuters)

En la grada se cantó el himno del Barcelona con cierto orgullo, mientras por megafonía se felicitaba a Messi por su cuarto Balón de Oro y a Iniesta por ser finalista del premio. La afición siente como suyos a dos emigrantes que llegaron siendo niños en busca de un sueño que ahora comparten con los seguidores, que besan por donde pasa la Pulga. Messi posó con los cuatro balones de oro y sus compañeros le ovacionaron. En la noche de Leo, el primer gol mereció firmarlo Thiago, al culminar una exquisita pared, o Alexis, que no acertó a poner la guinda tras una bonita jugada colectiva que le dejó s...

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En la grada se cantó el himno del Barcelona con cierto orgullo, mientras por megafonía se felicitaba a Messi por su cuarto Balón de Oro y a Iniesta por ser finalista del premio. La afición siente como suyos a dos emigrantes que llegaron siendo niños en busca de un sueño que ahora comparten con los seguidores, que besan por donde pasa la Pulga. Messi posó con los cuatro balones de oro y sus compañeros le ovacionaron. En la noche de Leo, el primer gol mereció firmarlo Thiago, al culminar una exquisita pared, o Alexis, que no acertó a poner la guinda tras una bonita jugada colectiva que le dejó solo ante las redes de Kameni: remató alto. Pero resulta que lo marcó un chileno, Iturra, que le robó la cartera a Thiago y fusiló a Pinto.

Hasta que Leo dijo basta, porque era su noche y no se podía ir sin nada que celebrar. Así que pilló la pelota delante del banquillo de Pellegrini y no le paró nadie. Tres minutos después, Puyol le dio la vuelta al marcador.

El autocar de la peña de Vilabella, Alt Camp, sirve de termómetro para valorar la asistencia. Normalmente, se llena, más de 60 plazas, pero ayer no llegaban a 25. La noche era demasiado fría, pero ellos, como muchos, llegaron empujados por la idea de ver un buen partido copero y, en gran parte, a aplaudir a Messi. El rosarino no defraudó a quienes acudieron a verle. Pero Camacho logró el empate con el partido llegando a su fin, y deslució la dorada noche del Camp Nou. Está por ver qué miraba Martin Ferguson, observador del Manchester United, que compartió canapés en el antepalco con 14 alcaldes de municipios afectados por los fuegos del verano pasado en el L'Empordà, comarca donde tiene su segunda residencia el presidente Sandro Rosell, que en nombre del club les entregó 55.000 euros como ayuda para los damnificados.

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