A Sainz no le aguanta el ‘buggy’

El madrileño suma una avería tras otra con el mismo coche con el que Al-Attiyah ha ganado ya dos etapas

Carlos Sainz, entre las rocas del desierto.FRANCK FIFE (AFP)

“Yo siempre digo que en España hay dos reyes: el rey Juan Carlos y el rey Carlos”, bromea Nasser Al-Attiyah, que en Catar recibe tratamiento de príncipe, en alusión a Sainz, a quien ha reclutado como compañero de equipo solo dos años después de que ambos pelearan por ganar el título con un Volkswagen Touareg. La realeza de este equipo dirigido por Al-Attiyah y patrocinado por Red Bull y Catar corre suerte diversa en este Dakar: mientras el corredor catarí y su copiloto, el español Lucas Cruz, han ganado dos etapas, la ...

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“Yo siempre digo que en España hay dos reyes: el rey Juan Carlos y el rey Carlos”, bromea Nasser Al-Attiyah, que en Catar recibe tratamiento de príncipe, en alusión a Sainz, a quien ha reclutado como compañero de equipo solo dos años después de que ambos pelearan por ganar el título con un Volkswagen Touareg. La realeza de este equipo dirigido por Al-Attiyah y patrocinado por Red Bull y Catar corre suerte diversa en este Dakar: mientras el corredor catarí y su copiloto, el español Lucas Cruz, han ganado dos etapas, la tercera y la cuarta, Sainz no ha librado una jornada sin problemas: ni siquiera la primera, que ganó, pero regresó al vivac con quejas sobre el exagerado calentamiento del motor de su buggy. “¡Y eso que la especial fue de solo 13 kilómetros!”, decía él.

En la segunda etapa tuvo problemas con el GPS (que proporciona y controla la organización) y perdió unos 21 minutos respecto al primero, Peterhansel. Y en la tercera volvieron las complicaciones, esta vez con la electrónica de ese coche con el que apenas sumaba kilómetros antes de tomar la salida en Lima: “El coche se paraba, tocábamos unos cables y volvía a arrancar, pero no duraba más de ocho kilómetros y se paraba otra vez”. En la cuarta Sainz rompió el tubo de la gasolina y fue perdiendo combustible durante toda la etapa, larga y dura como pocas, y con un enlace eterno para llegar al campamento. No lo hizo hasta la una de la madrugada.

Nada, ni siquiera la incógnita sobre la fiabilidad del coche, consuela a Sainz

“A los diez kilómetros de empezar el tramo notamos un fuerte olor a gasolina, pero no nos percatamos hasta que bajamos porque se rompió el sistema de hinchado de los neumáticos: “¡Estábamos tirando gasolina a lo bestia! El coche no se incendió de milagro. Pero como Timo \[Gottschalk, su copiloto\] es un manitas hizo un apaño. Lo que pasa es que como tampoco iba el contador del combustible no nos dimos cuenta y de repente el coche se paró”, relata. Después de aprovechar unos 15 litros de gasolina de una moto que había sufrido un accidente unos metros más adelante, necesitó ser remolcado por la camioneta de Vigouroux. “Él nos llevó hasta la meta y nos acercó a una gasolinera. Pero entonces creímos haber llenado el depósito con 140 litros y lo que habíamos hecho fue poner 140 soles. Así que se nos seguía parando el coche y nos tuvieron que remolcar otra vez”, cuenta resignado, con una media sonrisa. Completó la cronometrada a 2 horas y 36 minutos. Y tras el largo martes camino de la fría Arequipa se quedó a más de tres horas del líder, Stéphane Peterhansel.

Nada, ni siquiera ser consciente de que la fiabilidad del coche con el que corre era una incógnita, consuela a Sainz. “Sabíamos que esto podía pasar, este es un coche muy joven, pero ha pasado demasiado pronto”. Ahora, dice, no hay nada que le pida más el cuerpo que llevar su buggy hasta la meta, en Santiago de Chile, y ayudar a que Al-Attiyah, que no ha sufrido ni un problema mecánico y es segundo en la general, pueda ganar el rally. “Lo más lógico ahora es aplicar una estrategia de equipo”. Para ello deberán ser también competitivos ahora que llegan los caminos y las dunas desaparecen: “En terreno más duro perdemos tres segundos por kilómetro con los Mini. Eso es demasiado. En Córdoba vamos a sufrir de lo lindo”, añade. Sainz terminó la quinta etapa en cuarto lugar en una jornada que ganó, por vez primera en este rally, Nani Roma. “De momento las cosas marchan, tenemos que seguir así”, dijo el catalán.

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