La Bola en el ‘bolo’

Purito Rodríguez prepara la estrategia de su última oportunidad para recuperar el liderato

"Purito" Rodriguez firma un autógrafo antes del comienzo de la 19ª etapa.MIGUEL VIDAL (REUTERS)

Una Vuelta grandilocuente debía tener un final grandilocuente antes de desmonterarse en el paseíllo por Madrid. Nada más grandilocuente que decidir la carrera en un lugar llamado La Bola del Mundo, una prolongación de Navacerrada, con un piso descarnado, de cemento que se agarra a la bicicleta como si transcurriera por una hilera de sapos. La Bola del Mundo es algo así como el Cuitu Negru, en Asturias, pero con peor firme, con rampas que llegan a alcanzar el 23% de desnivel. Según Alberto Contador es incluso “más duro que el Cuitu Negru. Yo, que suelo entrenar por esa zona, hay muchas veces qu...

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Una Vuelta grandilocuente debía tener un final grandilocuente antes de desmonterarse en el paseíllo por Madrid. Nada más grandilocuente que decidir la carrera en un lugar llamado La Bola del Mundo, una prolongación de Navacerrada, con un piso descarnado, de cemento que se agarra a la bicicleta como si transcurriera por una hilera de sapos. La Bola del Mundo es algo así como el Cuitu Negru, en Asturias, pero con peor firme, con rampas que llegan a alcanzar el 23% de desnivel. Según Alberto Contador es incluso “más duro que el Cuitu Negru. Yo, que suelo entrenar por esa zona, hay muchas veces que no lo subo”.

Pero la etapa que cierra deportivamente hoy la Vuelta (el domingo es un homenaje al líder) es más que la grandilocuente Bola del Mundo. Antes de llegar allí, habrán tenido que ascender tres puertos de Primera (Navafría, La Morcuera y Cotos) y uno de Segunda (Canencia). En total entre los cinco puertos, más de 50 kilómetros de ascensión, en una etapa de 170,7 kilómetros, sin contar los continuos repechos que van hilvanando las cumbres de la etapa.

Ahora hemos cambiado el chip y tenemos que luchar por desbancar a Valverde del segundo puesto"

¿Y el Katusha? ¿Tendrá ganas y fuerzas de provocar una batalla romántica, clásica? Un ataque largo, como el de Contador en Cantabria, una locura, una bella locura. Se nota tensión y un cierto estado eufórico en el equipo ruso de Purito Rodríguez, una sensación de lanzar sus últimos fuegos (luego se verá si reales o artificiales). Ganas de no dejar esa sensación de Fuente Dé, cuando no solo falló Purito, sino también el equipo entero, quizás despistado, quizás gastado. Joaquim Rodríguez sigue con su actitud humilde: “Ahora hemos cambiado el chip y tenemos que luchar mañana (por hoy), por desbancar a Valverde del segundo puesto. Para que Contador sea vencido tiene que pasar algún desastre, Dios no lo quiera. A mí me hace mucha ilusión ser segundo en esta Vuelta”. Contador, también cauto, no duda de que sus rivales, Joaquim y Valverde, “lo probarán aunque no sé a qué distancia lo harán. Está claro que Joaquim querrá ganar la etapa para pasar al segundo tiempo y para ello intentarán que no haya escapadas y quizás pongan un ritmo duro”.

Está claro que nadie, y menos ahora, desvela sus cartas. La sorpresa en una etapa tan dura, es la primera piedra del éxito. Luego las piernas y la cabeza dictan sentencia. Las palabras previas se acercan más a la diplomacia que a la realidad. Cuesta creer que quien pueda ganar no lo intente.

Quizás el plato frío de la venganza pueda estar cocinándose por más que la etapa tenga todo el estilo Contador. Pero una vez regresados al ciclismo de antaño la etapa de hoy en la Bola del Mundo invita a un regreso al pasado. Lo que está claro es que la Bola del Mundo está en el “bolo” de todos. Para bien o para mal.

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