El Celta inclina el péndulo

Dos goles de Aspas y Bermejo condenan a un Osasuna desacompasado que terminó con un hombre menos en un partido sin pausa

Iago Aspas lucha la pelota con Flaño.Foto: sogecable | Vídeo: salvador sas

La monotonía, ese espacio posterior al movimiento constante, el de la primera parte de un partido sin pausa, se rompió en un instante. Bastó un giro de cabeza de Iago Aspas, agitador del péndulo sincronizado que dominaba hasta entonces el encuentro, para desnivelar esa falsa calma que acompañaba la situación y acercar al Celta a su primera victoria. El paso final de un baile movido lo puso Mario Bermejo tras aprovechar un regalo de Flaño en el último minuto de partido. Una especie de último giro que terminó por marear a un Osasuna desacompasado.

Sin centro del campo que ralentizase el j...

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La monotonía, ese espacio posterior al movimiento constante, el de la primera parte de un partido sin pausa, se rompió en un instante. Bastó un giro de cabeza de Iago Aspas, agitador del péndulo sincronizado que dominaba hasta entonces el encuentro, para desnivelar esa falsa calma que acompañaba la situación y acercar al Celta a su primera victoria. El paso final de un baile movido lo puso Mario Bermejo tras aprovechar un regalo de Flaño en el último minuto de partido. Una especie de último giro que terminó por marear a un Osasuna desacompasado.

Sin centro del campo que ralentizase el juego, es otra manera de ver el juego directo, Osasuna y Celta intercambiaron pases que buscaban más acercar el peligro que madurarlo. En parte porque se afilan más arriba, donde la velocidad por si misma sirve para sacar adelante jugadas más sencillas. Lo hicieron los gallegos a partir de Iago Aspas, uno de esos pequeños martirios que descoyuntan las defensas más armadas.

CELTA, 2 - OSASUNA, 0

Celta: Varas; Joni (Bellvis, m. 69), Tuñez, Cabral, Lago; Augusto Fernández (Toni, m. 72), Oubiña, Alex López, Krohn-Dehli; Iago Aspas (Bustos, m. 82) y Mario Bermejo. No utilizados: Sergio, Joan Tomás, Samuel y De Lucas.

Osasuna: Andrés; Marc Bertrán, Flaño, Arribas, Damiá; Cejudo (Timor, m. 62), Raoul Loe (Nino, m. 69), Annan, Lamah; Sisi y Joseba Llorente (Kike Sola, m. 75). No utilizados: Riesgo, Lolo, Oier y Roberto Torres.

Goles: 1-0. M. 67. Iago Aspas remata de cabeza un centro de Augusto Fernández. 2-0. M. 93. Mario Bermejo bate por bajo a Andrés.

Árbitro: Hernández Hernández amonestó a Raoul Loe, Annan, Túñez, y expulsó con doble tarjeta amarilla a Arribas (m. 83).

Estadio de Balaídos, unos 15.000 espectadores.

A Osasuna no le asustó la batalla cuerpo a cuerpo, más que nada porque se siente poderoso cazando espacios con los pulmones. Una alternativa para la que José Luis Mendilibar colocó al canterano Raoul Loe junto a Annan tras la ausencia de Puñal por sanción. Un redoble físico que remedió, en ocasiones, en baile aéreo, pero que a la hora de combinar con Sisi o Cejudo, la pata más artística del banco, demostró que aun le faltan kilómetros de visión. Algo que si posee Oubiña, dueño del centro del campo vigués, que volvió a demostrar que las cicatrices de las lesiones no esconden los pensamientos.

Enquistado por momentos el partido dada esa necesidad constante de atrapar tiempo, el Celta se movió con armonía, mientras Osasuna alcanzó un ritmo estanco en el que desapareció cualquier posibilidad de sorpresa. Con Cejudo atado a un espacio vacío, y Sisi desubicado sin la referencia de Llorente, los navarros perdieron luz. Una carencia que aprovechó el Celta para amagar con un juego más centrado en la presión arriba que en la urgencia de acercar el balón al área rival. Tembló Osasuna un instante, un centro que quedó libre de marca, y un remate cabeza, de nuevo de Iago Aspas, bastó para desnivelar el suspense.

El gol, único elemento capaz de desintonizar la frecuencia de un partido que fue de más a menos, obligó a cambiar el paso a Osasuna, necesitado de una iniciativa que no pretendía, y que multiplicó los espacios a un Celta liberado. La expulsión de Arribas terminó de hundir a Osasuna que chocó una y otra vez contra un sistema familiarmente efectivo. Se le oscureció totalmente el callejón cuando Bermejo encontró las cosquillas de Flaño y sentenció el partido con un remate que por pícaro, no deja de ser efectivo. Un remate final para partido prometedor que le sirve al Celta para apartar la ansiedad de su primera victoria, algo que una jornada más martiriza a Osasuna.

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