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15 años en la ciudad del lujo

La Supercopa se despide del estadio Louis II de Montecarlo, hacia campos más amplios. Repase en imágenes las finales que enfrentaban a los vencedores de Europa

El Chelsea – Atlético de este viernes (20.45, La 1 y Canal+ Liga de Campeones) será la decimoquinta y última final de la Supercopa de Europa que se disputa en el estadio monegasco Louis II. La UEFA ha decidido que se lleva la competición veraniega a pasear por Europa. Las menos de 20.000 entradas que se pueden vender para ver a los campeones de la Liga de Campeones y de Europa son una razón: en 2013 se jugará en Praga, en 2014 en Cardiff, y un año después en Tbilisi, estadios con más asientos. Mónaco dice adiós a las finales con los dos vencedores europeos. A un partido que vale un título.
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El Chelsea – Atlético de este viernes (20.45, La 1 y Canal+ Liga de Campeones) será la decimoquinta y última final de la Supercopa de Europa que se disputa en el estadio monegasco Louis II. La UEFA ha decidido que se lleva la competición veraniega a pasear por Europa. Las menos de 20.000 entradas que se pueden vender para ver a los campeones de la Liga de Campeones y de Europa son una razón: en 2013 se jugará en Praga, en 2014 en Cardiff, y un año después en Tbilisi, estadios con más asientos. Mónaco dice adiós a las finales con los dos vencedores europeos. A un partido que vale un título.

Chelsea, 1; Real Madrid, 0 (1998)

Chelsea y Real Madrid inauguraron el actual formato de la Supercopa de Europa. Finales a partido único, disputado en el estadio Luis II de Mónaco. Poyet, con un tanto en el minuto 82, dio el trofeo al Chelsea, que en esta edición, 14 años después, vuelve a jugarse el título ante un equipo madrileño. El Real Madrid, vencedor de su séptima copa de Europa el año anterior, tuvo que esperar a 2002 para llevar la primera Supercopa de Europa a sus vitrinas.

Lazio, 1; Manchester United, 0 (1999)

En 1999, el Manchester United y el Lazio midieron sus fuerzas sobre el césped monegasco. El duelo, trabado, ser resolvió gracias a un gol de Marcelo Salas, que había sustituido a su compañero Simone Inzaghi en el minuto 23. No acertó el meta del equipo inglés a atajar un disparo del artillero chileno y el Lazio alzó el título. Entre las filas italianas, precisamente, figuraba el hoy día técnico del Atlético, Simeone, que saltó al césped a cinco minutos para el final para dar relevo a Roberto Mancini.

Liverpool, 3; Bayern de Múnich, 2 (2001)

Venía el Liverpool de conquistar la Liga de Campeones más loca en décadas, aquella en la que igualó los tres goles del Milan, conseguidos todos en la primera parte, en apenas diez minutos de fructífera inspiración, y en la que se llevó el trofeo en los lanzamientos de penalti. Y a punto estuvo de sufrir en carne propia aquello que meses antes había disfrutado. En el minuto 46 ganaba 3-0 (Heskey, Riise y Owen), pero el Bayern puso el título del Liverpool en un tris: marcaron Salihamidzic y Jancker, pero no fue suficiente para los bávaros. Es, aún, la final con más goles desde que la Supercopa se disputa a partido único.

Real Madrid, 3; Feyenoord, 1 (2002)

El Real Madrid había llegado atenazado a las dos finales de Supercopa de Europa que había disputado como vencedor de la Liga de Campeones: ante el Chelsea en 1998 (1-0) y contra el Galatasaray en 2000 (2-1, con un gol de oro en la prórroga). En la tercera no tuvo piedad con el Feyenoord, holandés. Roberto Carlos salió de lateral pero ejerció labores de extremo, participando en los dos primeros goles ante un equipo enclaustrado. Zidane hizo lo que quiso en el verde y Guti dejó uno de esos taconazos imposibles. Un Madrid de otra época.

Sevilla, 3; Barcelona, 0 (2006)

El Barcelona, aspirante a mejor club del mundo, no vio pasar a un voluntarioso Sevilla. Los andaluces enmarcaron el encuentro, dosificando sus goles: antes de los 10 minutos, Renato se aprovechó de un despeje de Valdés. Al filo del descanso, Kanouté despegó con un cabezazo y, para terminar, Maresca, en el 90, metió un penalti de Puyol sobre Puerta.

Atlético, 2; Inter, 0 (2010)

Ese año, el todopoderoso Inter se había alzado con la Liga de Campeones, la Liga, la Copa y la Supercopa italianas. El Atlético, que en 14 años solo había posado en su vitrina la Liga de Europa de ese año, tiró de voluntad para chafarle el pleno a los italianos. Encerrados atrás, Reyes y Agüero les encontraron las cosquillas. El Atlético había vuelto.

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