España se gusta y pasa a cuartos

España, de la mano, de la zarpa más bien, de Julen Aginagalde, selló ayer el pase a los cuartos de final en su mejor partido del campeonato, soberano en defensa y soberbio en ataque, donde el pivote irundarra completó una primera parte de ensueño que amilanó la moral de los húngaros: marcó ocho tantos de otros tantos itentos, la mitad de los goles de toda la selección española en la primera mitad. En el segundo tiempo, cuando la tan temida defensa húngara, que ayer brilló por su ausencia, trató de echarle el guante apareció el añorado lanzamiento exterior, con un Jorge Maqueda pletórico desde ...

España, de la mano, de la zarpa más bien, de Julen Aginagalde, selló ayer el pase a los cuartos de final en su mejor partido del campeonato, soberano en defensa y soberbio en ataque, donde el pivote irundarra completó una primera parte de ensueño que amilanó la moral de los húngaros: marcó ocho tantos de otros tantos itentos, la mitad de los goles de toda la selección española en la primera mitad. En el segundo tiempo, cuando la tan temida defensa húngara, que ayer brilló por su ausencia, trató de echarle el guante apareció el añorado lanzamiento exterior, con un Jorge Maqueda pletórico desde los nueve metros (7 de 8), que reafirmó el gran campeonato que está haciendo.

El partido de los de Valero Rivera, salvo los primeros 15 minutos, fue perfecto. La única mala noticia, otra vez, fue una lesión. Primero, contra Serbia, Sterbik; luego, contra Corea, Gurbindo y, ahora, el central Dani Sarmiento, probablemente la más grave de las tres. “No tenemos ni un punto de suerte”, lamentó Valero Rivera al acabar el partido.

Hungría, anulado en ataque por Viran Morros y Gedeón Guardiola, dependió demasiado de Laszlo Nagy, que marcó ayer casi más goles (siete) que en los otros tres partidos (nueve). "Ha sido un partido muy especial para mí", admitió el lateral húngaro. Una dependencia, la de Nagy, de la que carece esta gran selección de Valero Rivera, que el próximo lunes se enfrentará a Croacia en el último partido de la fase de grupos. “Es un rival muy, muy fuerte”, comentó Rivera tras el partido. Sobre la actuación de Aginagalde, se limitó a comentar algo que lleva repitiendo mucho tiempo: "No me sorprende, es el mejor pivote del mundo".

“En el grupo no sé qué es lo que pasará, pero nosotros saldremos a ganar”, aseguró Viran Morros, inmenso una vez más en defensa, quien también hizo autocrítica: “Hemos empezado despistados y eso hay que corregirlo”. El guardameta español, Arpad Sterbik, reconoció que estuvo fallón en los primeros compases del partido: “La primera parte me han metido goles muy fáciles”, concedió Sterbik, que agradeció el soberbio trabajo defensivo de su equipo y aclaró que el marcador final era un tanto engañoso: “No hay tanta diferencia como refleja”.

Hasta ahora, el objetivo era evitar a toda costa en cuartos de final a Francia, que cayó ayer ante Islandia en el primero partido complicado que ha tenido este campeonato. “Así son los Juegos”, recordó Rivera. Lo cierto es que este galimatías, el de los posibles cruces para cuartos de final, visto lo visto ayer en la Caja de Cobre, no debería preocupar tanto a España sino a sus rivales.