Ahogados en un vaso de agua

Sebastian Vettel, durante la carrera de Hockenheim.DIMITAR DILKOFF (AFP)

Hay algunas cosas en la F-1 que son intocables. El reglamento es muy estricto en algunos aspectos, pero en otros permite una cierta flexibilidad. No sé qué puede haber ocurrido en el caso de Red Bull que se desveló este fin de semana en Hockenheim. Pero sí sé que de haber sobrepasado los límites de lo legal en la modificación del mapa motor, ahora estarían descalificados. Por lo tanto, tengo la sensación de que realmente los comisarios se ahogaron en un vaso de agua.

El problema surgió cuando Jo Bauer...

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Hay algunas cosas en la F-1 que son intocables. El reglamento es muy estricto en algunos aspectos, pero en otros permite una cierta flexibilidad. No sé qué puede haber ocurrido en el caso de Red Bull que se desveló este fin de semana en Hockenheim. Pero sí sé que de haber sobrepasado los límites de lo legal en la modificación del mapa motor, ahora estarían descalificados. Por lo tanto, tengo la sensación de que realmente los comisarios se ahogaron en un vaso de agua.

El problema surgió cuando Jo Bauer, uno de los comisarios de la FIA, desveló que había descubierto que Red Bull había modificado el mapa motor, porque el propulsor ofrecía su mejor rendimiento a revoluciones más bajas de las habituales. El par motor puede situarse en un régimen de vueltas más alto o más bajo para ajustar las prestaciones a las exigencias de cada circuito. El problema es que al inicio de la temporada, cada equipo debe presentar a la FIA un mapa motor que es el que va a utilizar a lo largo del año; ahí quedan determinados los parámetros de inyección, puesta en marcha, gasolina, etc. Y no puede modificarse, al menos de forma sustancial.

Los comisarios interpelaron a Red Bull por bajar el par motor, pero si fuera así, estarían descalificados

Sin embargo, estos conceptos son extremadamente técnicos y son poco conocidos por una buena parte del paddock, y menos aún, por el gran público. Son cuestiones que no pueden dirimirse durante un gran premio, porque precisan de investigaciones muy profundas. Lo más probable es que la cuestión se discuta en la próxima reunión del Grupo Técnico que integran ingenieros de la FIA y de los equipos. Y posiblemente, todo quede reducido a nada por falta de pruebas y evidencias. Si se llegara a poder demostrarse que Red Bull hizo un cambio sustancial en su motor, entonces deberían ser descalificados.

Lo que se busca con un cambio de este tipo es que el motor entregue la potencia de una forma más elástica a bajas revoluciones, con lo que se logra preservar los neumáticos, mejorar las salidas de las curvas cerradas y tener más adherencia. También se puede lograr un mejor rendimiento del difusor. Y esos argumentos son los que hizo valer Bauer para acusar a Red Bull de haber logrado una mejora aerodinámica antirreglamentaria.

Christian Horner, director de la escudería Red Bull, lo negó todo y afirmó que su equipo no hace trampas. “Vamos al límite, como todos”, aclaró; “pero no lo sobrepasamos”. Sin embargo, los comisarios andan muy susceptibles con la escudería austriaca y con Adrian Newey porque saben que el ingeniero británico está siempre apurando hasta la línea roja para conseguir que sus monoplazas sean los mejores del Mundial. En Alemania, a pesar de todas las investigaciones, Red Bull no logró alcanzar a un Fernando Alonso inconmensurable que volvió a dejar patente la calidad que atesora y que ganó la carrera por inteligencia —supo preservar los neumáticos hasta el final— y por las buenas prestaciones de su Ferrari.

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