Karagounis siempre está

Con 35 años y pieza clave a balón parado, el mediocentro vuelve a canalizar todo el juego de una selección necesitada

Karagounis, de blanco, disputa el balón de Sisic en un partido amistoso contra Eslovenia.EXPA/JÜRGEN FEICHTER (EFE)

A sus 35 años, Giorgos Karagounis (Pirgos, Grecia; 1977) sigue donde empezó. En el centro del campo del Panathinaikos, dirigiendo a la selección de nuevo en un torneo internacional y reaccionando exactamente igual cada vez que marca un gol con un latigazo desde fuera del área: con una carrera interminable con los ojos bien abiertos. Por él pasa todo el juego de la selección helena, y es a partir de sus zapatazos cuando se desata una cascada de alegría en el equipo.

Habilidoso en el manejo de bal...

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A sus 35 años, Giorgos Karagounis (Pirgos, Grecia; 1977) sigue donde empezó. En el centro del campo del Panathinaikos, dirigiendo a la selección de nuevo en un torneo internacional y reaccionando exactamente igual cada vez que marca un gol con un latigazo desde fuera del área: con una carrera interminable con los ojos bien abiertos. Por él pasa todo el juego de la selección helena, y es a partir de sus zapatazos cuando se desata una cascada de alegría en el equipo.

Habilidoso en el manejo de balón gracias a esa cintura tan pegada al suelo, Karagounis se ha mantenido como una pieza fundamental en todas las alineaciones. Su juego ha variado poco a pesar de su paso por ligas tan distintas como la italiana, donde jugó con el Inter de Milán durante dos temporadas, del 2003 al 2005, la portuguesa con el Benfica (2005-2007) y ahora de nuevo con el Panathinaikos en Grecia. Pieza clave en la consecución del mayor título en la historia del país, la Euro de 2004, parte ahora con la necesidad de cohesionar un grupo en el que el trato sigue siendo discontinuo con el balón. Sin embargo, el peligro aguarda sobretodo en la pierna derecha, especialmente dañina en los lanzamientos a balón parado. Un arma eficaz si por el camino encuentra buenos rematadores como Samaras.

Karagounis, capitán incansable, será el empuje de una selección que deberá afrontar de nuevo el reto de levantarse, dormida tras el éxito pasado y asfixiada por un entorno económicamente depresivo.

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