Silva impresiona

El primer español en ganar la ‘Premier’como protagonista sube enteros en La Roja

Silva trata de marcharse de Park Jung-HoF. COFFRINI

Hay un futbolista que en los días de concentración en Austria ha impresionado a los técnicos de la selección española. Todos conocían a David Silva (Arguineguín, Gran Canaria; 1986), pero su crecimiento este curso pasado en la Premier lo sitúa en una órbita diferente. “Ha dejado detalles espectaculares en los entrenamientos y los partidos amistosos”, cuenta uno de los preparadores.

Frente a Corea del Sur (4-1), Silva monopolizó el juego de España. Fue quien participó en más acciones (109), finalizó más jugadas (14) y remató más veces a puerta (cuatro) y el segundo con más pases buenos (...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hay un futbolista que en los días de concentración en Austria ha impresionado a los técnicos de la selección española. Todos conocían a David Silva (Arguineguín, Gran Canaria; 1986), pero su crecimiento este curso pasado en la Premier lo sitúa en una órbita diferente. “Ha dejado detalles espectaculares en los entrenamientos y los partidos amistosos”, cuenta uno de los preparadores.

Frente a Corea del Sur (4-1), Silva monopolizó el juego de España. Fue quien participó en más acciones (109), finalizó más jugadas (14) y remató más veces a puerta (cuatro) y el segundo con más pases buenos (77), por detrás del sorprendente Beñat (86). Su estado físico y anímico, la seguridad para arrancar desde el pico derecho del área, a pie cambiado, e inventar cualquier cosa le colocan en el presumible ataque de España en la apertura de la Eurocopa frente a Italia, el 10 de junio, junto a Xavi e Iniesta, los tres asistiendo a un único punta, Fernando Torres.

Antes de la gira suiza de España para los encuentros contra Serbia y Corea del Sur, Silva se pasó unos días de descanso en su pueblo, Arguineguín, que le sirvieron para desconectar: disfrutar de los abuelos y de los amigos, callejear sin llamar la atención, puesto que allí sus paisanos están acostumbrados a verlo. Es uno más.

Era el reposo tras una temporada extenuante en el Manchester City, proclamándose campeón de Liga 44 años después. La primera vez que un español gana una Liga inglesa siendo gran protagonista de principio a fin: ocho goles y 22 asistencias. Antes la conquistaron Reyes en el Arsenal (2004), Del Horno en el Chelsea (2005), y Piqué en el Manchester United (2008), pero intervinieron menos. Echando la vista muy atrás, el precedente se remonta a los años sesenta: Luis Suárez fue capital en tres scudetti del Inter de Milán (1963, 65 y 66).

En el City, Silva se ha convertido en un referente de la pujanza deportiva del club del “vecino ruidoso de Manchester”, como lo bautizó su principal rival este curso, el técnico del United, Alex Ferguson, mirando por encima del hombro. Sir Alex ha debido agachar la cerviz. Y los directivos del City le han pedido al mediocampista español una cita después de la Eurocopa para estampar un nuevo contrato. Quieren que termine su carrera allí. Durante la celebración del título, hubo un detalle que aumentó la estima de los directivos por el chico introvertido de Arguineguín. Se presentó por sorpresa en la cena de los empleados de la entidad. Había sido invitado por las cocineras. En una sociedad tan clasista como la inglesa, el gesto de Silva fue interpretado casi como algo revolucionario. Pero él lo vivió con naturalidad. Siempre se ha sentido más cómodo con las clases populares, de las que procede. Su padre, Fernando, reputado futbolista de la Tercera División canaria, fue policía municipal de Arguineguín hasta que el Valencia lo contrató como responsable de seguridad de la ciudad deportiva de Paterna.

Rechazado por la escuela del Madrid, Silva llegó al Valencia con 14 años. Fue una sensación en todas las categorías inferiores de España. Sedujo al anterior seleccionador, Luis Aragonés, en la pasada Eurocopa de Austria y Suiza, donde brilló a pesar de jugar con un tobillo hinchado como un balón. Apenas participó, sin embargo, en el triunfo del Mundial de Sudáfrica 2010: solo fue titular en el primer partido perdido ante Suiza. Pagó el pato de esa derrota y la noche del 11 de julio, en Johanesburgo, cuando España se coronó campeón del mundo, Silva se marchó del estadio Soccer City con una mirada agridulce. Sintió, como dijo unos meses después, que Del Bosque no había confiado en él. Ahora, en cambio, el seleccionador está no solo encantado, sino entusiasmado ante su fútbol, tan estético como contundente. Necesario para que España sea la primera selección en atrapar tres títulos consecutivos.

Archivado En