El ataque ‘inglés’

Silva, Mata y Torres, triunfadores este curso con el Manchester City y el Chelsea, formaron la ofensiva española

Los jugadores de España celebran el tercer gol del partido. FABRICE COFFRINI (AFP)

La Premier ha servido de campo de adiestramiento a algunos de los mejores jugadores españoles de la última década. El campeonato inglés aceleró la maduración de Cesc, Alonso, Reina, Arbeloa, Torres, Mata y Silva, todos importantes en sus equipos, y todos presentes en la actual selección. Menos Cesc, los demás jugaron ayer ante Corea del Sur.

Hacía 31 años que España no disputaba dos partidos seguidos sin alinear a un solo jugador del Barcelona. El descanso que ha concedido el seleccionador, Vicente del Bosque, a los finalistas de la Copa justificó la ausencia de Cesc y del resto de sus ...

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La Premier ha servido de campo de adiestramiento a algunos de los mejores jugadores españoles de la última década. El campeonato inglés aceleró la maduración de Cesc, Alonso, Reina, Arbeloa, Torres, Mata y Silva, todos importantes en sus equipos, y todos presentes en la actual selección. Menos Cesc, los demás jugaron ayer ante Corea del Sur.

Hacía 31 años que España no disputaba dos partidos seguidos sin alinear a un solo jugador del Barcelona. El descanso que ha concedido el seleccionador, Vicente del Bosque, a los finalistas de la Copa justificó la ausencia de Cesc y del resto de sus compañeros. Su lugar lo ocupó Cazorla en un centro del campo en el que triangularon Xabi, Mata y Silva. El excentrocampista del Liverpool peloteó con un campeón de la última Premier, con el Manchester City, y con un campeón de la última Champions con el Chelsea. En punta para aprovechar el flujo de pases se ubicó Fernando Torres, muy activo en ataque, abnegado en los desmarques y deseoso de rematar.

El descanso concedido a los finalistas de la Copa por el seleccionador justificó la ausencia

El primer tiro de Torres, enganchando un potente centro de Cazorla, casi acaba en la red. Se habían superado los 10 minutos del partido cuando Beñat colgó un centro tenso, a media altura, sobre el área coreana. Los defensas observaron la pelota con incredulidad mientras Torres, de espaldas a la portería, la remataba con la coronilla. Un golpe de nuca, un giro hacia atrás, y el centro se desvió a gol.

Dos remates y un gol. Promedio mágico para un nueve que sale de la sequía. Un delantero que esta temporada remató 66 veces en la Liga inglesa para conseguir seis goles y 28 veces en la Champions para conseguir tres tantos. Poca cosa para un goleador de su prestigio después de más de 3.000 minutos de competición. Lo suficiente como para inspirar suspicacias y cuestionar su valor. Sobre todo, bajo el peso de los precedentes mercantiles, que disparan expectativas y aumentan riesgos. El Chelsea pagó 60 millones por el delantero español convirtiéndole hace año y medio en el jugador más caro de la historia del fútbol inglés.

Del Bosque llamó a Torres como quien ofrece una tabla de salvación. No está en juego su vida sino su reputación en la Premier, el torneo más vistoso del mundo. Ayer Torres, en un amistoso, a la primera ocasión que tuvo de ser titular, se defendió con el gol que abrió la lata.

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