“Las hermanas Williams ya no quieren jugar al tenis”

Ricardo Sánchez, ex técnico de Jelena Jankovic y Wozniacki, dos número uno mundiales, analiza a las mejores jugadoras del momento

Venus Williams resta una bola en el Masters de Madrid.Andres Kudacki (AP)

Bajo la mirada de Ricardo Sánchez han crecido dos interesantes carreras en el tenis femenino. La serbia Jelena Jankovic, eliminada en Madrid por Carla Suárez (6-4, 6-7 y 4-6), llegó al número uno mientras él le gritaba “¡Vamos Ferrari!” desde el banquillo. La danesa Caroline Wozniacki, que esta noche se enfrenta a la alemana Barthel, atacó infructuosamente la búsqueda de un grande bajo su mando. El técnico dirige hoy a la rusa Petrova, una de las jugadoras más talentosas del circuito, enfrentada el martes a la serbia Ivanovic, y a la que ha convencido para perder casi 10 kilos al borde de la t...

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Bajo la mirada de Ricardo Sánchez han crecido dos interesantes carreras en el tenis femenino. La serbia Jelena Jankovic, eliminada en Madrid por Carla Suárez (6-4, 6-7 y 4-6), llegó al número uno mientras él le gritaba “¡Vamos Ferrari!” desde el banquillo. La danesa Caroline Wozniacki, que esta noche se enfrenta a la alemana Barthel, atacó infructuosamente la búsqueda de un grande bajo su mando. El técnico dirige hoy a la rusa Petrova, una de las jugadoras más talentosas del circuito, enfrentada el martes a la serbia Ivanovic, y a la que ha convencido para perder casi 10 kilos al borde de la treintena. El español es uno de los técnicos más cotizados del circuito femenino, donde ha hecho camino hablando sin tapujos y analizando con precisión a los grandes nombres.

La crisis de las hermanas Williams. "Lo que ocurre con Venus y Serena es que no quieren jugar a esto", sentencia el entrenador español sobre las dos ex número uno estadounidenses, que suman 20 grandes. “Compiten ahora simplemente para preparar los Juegos de Londres. Están más en el tema de la farándula y de la moda, lo que conlleva que no estén más arriba”, continúa. “Si Serena fuese constante sería la mejor del mundo. Pero ahora cuando le devuelves cuatro bolas lo deja. Las Williams son como corredores de velocidad, no aguantan los peloteos largos, en cuanto les devuelven cuatro bolas, ya no juegan; cuando pasas de ahí, se mueren".

Azarenka y Sharapova, la lucha por el número 1. A pesar de sus mejoras técnicas (“Ha conseguido mejorar su golpe con la derecha, que era su punto débil"), Sánchez cree que el número uno de Azarenka está en peligro. Por detrás aprieta la número 2, Sharapova, con la que la bielorrusa mantiene una tensa relación. “Maria es la que lleva el mejor cuerpo técnico. Viaja con un buen entrenador, preparador físico y sparring... aunque no le ha servido para mejorar nada en los últimos cinco años", comenta Sánchez, que como otros colegas suyos subraya la alta inversión de la ex número uno en su búsqueda de rodearse del mejor equipo posible para recuperar el puesto. "Mantiene la misma derecha, pero como el nivel de las 10 mejores ha bajado respecto a cuando jugaban Justine (Henin), (Lindsay) Davenport o (Monica) Seles, se ha visto de nuevo ahí, la número 2. Es muy posible que alcance el uno este año".

Kvitova, una pesada armadura. "La derecha y el saque de Kvitova son muy buenos, pero falla en el revés”, analiza el técnico sobre la número tres mundial, coronada en Wimbledon y la Copa de Maestras 2011. “Sin olvidar los problemas de movilidad, que en tierra no controla bien", añade. Y prosigue: "Le ocurre lo mismo que al resto de las jugadoras grandes (mide 1,83m y pesa 70 kilos). Hay que tener en cuenta que las chicas altas tienen un problema en tierra, la movilidad. Para ellas, desplazarse por la pista es más complicado que para otras tenistas más pequeñas, como puede ser Carla Suárez (1,62m y 62 kilos). Las bolas altas les van mal".

Jankovic y Wozniacki, dos familias muy distintas. “Jelena ha sido lo mejor de mi vida, es parte de mi familia. Lo que ocurre es que con ella no puedo viajar, porque a mí me gusta tener libertad, y con su familia, pues no la tenía", comenta Sánchez antes de referirse a Wozniacki, a la que dejó de entrenar tras el Abierto de Australia. "Con ella ha sido una pena, porque traté de crear un trabajo conjunto con su padre. Pero en Australia él quiso coger el mando y llevarla a su manera. Como yo no estaba de acuerdo, decidimos dejarlo, y creo que ha sido bueno para las dos partes. Prefiero perder dinero a perder prestigio".

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