Izco, punto y final en Osasuna

El presidente 'rojillo' deja la dirección tras una década de mandato, con éxitos deportivos pero 28 millones de deuda

Patxi Izco llora durante la despedidaJ.DIGES (EFE)

Entre sollozos, envuelto en un mar de lágrimas que interrumpió en un par de ocasiones su discurso y aplaudido por los asistentes que estuvieron presentes en la sala de prensa del Reyno de Navarra. Así puso fin el presidente de Osasuna, Patxi Izco, a sus 10 años al frente del equipo rojillo, que cuando finalice la presente temporada deberá encontrar un relevo en la poltrona presidencial, ocupada por el mandatario desde 2002. “No hay un motivo concreto para que lo deje, pero en la vida hay que saber cuándo parar, pe...

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Entre sollozos, envuelto en un mar de lágrimas que interrumpió en un par de ocasiones su discurso y aplaudido por los asistentes que estuvieron presentes en la sala de prensa del Reyno de Navarra. Así puso fin el presidente de Osasuna, Patxi Izco, a sus 10 años al frente del equipo rojillo, que cuando finalice la presente temporada deberá encontrar un relevo en la poltrona presidencial, ocupada por el mandatario desde 2002. “No hay un motivo concreto para que lo deje, pero en la vida hay que saber cuándo parar, pensar con la cabeza fría y no solo con el corazón”, argumentó Izco, el tercer presidente más longevo de la entidad navarra y que se marcha dos años antes de que termine su actual mandato. “No he perdido la ilusión, simplemente he cumplido un ciclo. Son 10 años de mucho desgaste y de una intensidad terrible. Es hora de parar un poco y dedicarme a mi familia”, explicó.

Soy un peleas y sabéis que me encanta la pelea, pero no me voy porque la situación sea difícil”

Inquirido por los periodistas sobre si el panorama económico le ha abierto la puerta de salida, la respuesta de Izco fue tajante: “Para nada. Un club es un gigante vivo que te exige plantearte retos cada día. Soy un peleas y todos sabéis que me encanta la pelea, pero no me voy porque la situación sea difícil”. Se marcha, por tanto, el dirigente bajo cuyo mandato Osasuna ha experimentado los mayores éxitos de la historia del club. “Otros tienen más dinero, más recursos y más socios, pero podemos presumir de un patrimonio fantástico y este equipo es una joya”, deslizó el presidente, a la vez que admitió que sus allegados ya conocían su decisión desde el pasado mes de noviembre, tras ser reelegido por tercera vez; “tuve algunas dudas, pero había proyectos en marcha y tenía que continuar. No lo comuniqué porque era lo mejor para el equipo”.

Aterrizó Izco en la presidencia en 2002 en sucesión de Javier Miranda y con el técnico Javier Aguirre como principal baza electoral. Bajo la partitura del mexicano, Osasuna vivió una etapa gloriosa en la que alcanzó las semifinales de la Copa del Rey en 2003, la final de 2005 -en la que cayó frente al Betis (2-1) en el Calderón- y endulzada un año más tarde, cuando finalizó cuarto en la Liga e igualó la mejor clasificación histórica del club, como en 1991. Aguirre emigró al Atlético y José Ángel Ziganda fue el hombre designado por Izco, reeelegido en 2006 -sin oposición en el proceso presidencial- para ocupar el banquillo. Osasuna disputó la fase previa de la Liga de Campeones, aunque se dio de bruces contra el Hamburgo. Lo enmendó después, al quedarse a un solo paso de la final de la Copa de la UEFA; el Sevilla se interpuso en su camino.

Bajo su mandato, Osasuna jugó la final de la Copa en 2005 y la previa de la Liga de Campeones en 2006

En 2009, Izco tomó una de sus decisiones más polémicas al entregar las riendas del equipo a José Antonio Camacho, exmadridista y repudiado por algunos sectores de la grada. Logró el murciano mantener al equipo en Primera, pero los pitos contra él y contra el palco se convirtieron en una tónica habitual hasta que José Luis Mendilibar trasladó su método a Tajonar. Tampoco gustaron en exceso entre la parroquia rojilla las aspiraciones de Izco, que sufrió un síncope en 2008 que le apartó del club varios meses, a acceder a la presidencia de la Liga y de la Federación.

Si el legado deportivo de Izco es notable, no lo es tanto la herencia financiera que se encontrará el nuevo inquilino de la presidencia. “Es la única espina que me queda. Mantener a Osasuna en Primera es caro y deficitario”, se sinceró Izco, que pese a la austeridad de su gestión (ha invertido unos 17 millones en fichajes y ha embolsado 50 por traspasos) deja al club, el único de Primera que no es sociedad anónima deportiva junto a Madrid, Barça y Athletic, con una deuda neta de 28 millones. “El asunto está encauzado”, precisó, en referencia a su solicitud al Gobierno de Navarra de aplazar el pago de dicha deuda a 75 años. “A lo mejor ahora sí me dedico a ganar dinero con el fútbol de una vez. Hasta ahora no lo he hecho”, ironizó, antes de zanjar: “Me voy en paz. Solo quiero que me recuerden como una persona normal. Con eso me basta”.

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