Valero Rivera ya tiene cañoneros

Que España desperdiciase los primeros cuatro ataques contra Serbia desquició a Valero Rivera. El seleccionador español no paraba de gesticular y hacer aspavientos en la banda, sabedor de la importancia que tenía no ceder terreno en el primer partido del Preolímpico y ante el rival más complicado. Con 0-3 en el luminoso, Rivera sentó a un desacertado Joan Cañellas. El relevo lo tomó su amigo y compañero de habitación Mikel Aguirrezabalaga, quien apenas tardó en demostrar para qué le quiere el técnico. En cuanto pudo, el lateral del Barcelona agarró el balón desde los 11 metros, levantó sus 195 ...

Que España desperdiciase los primeros cuatro ataques contra Serbia desquició a Valero Rivera. El seleccionador español no paraba de gesticular y hacer aspavientos en la banda, sabedor de la importancia que tenía no ceder terreno en el primer partido del Preolímpico y ante el rival más complicado. Con 0-3 en el luminoso, Rivera sentó a un desacertado Joan Cañellas. El relevo lo tomó su amigo y compañero de habitación Mikel Aguirrezabalaga, quien apenas tardó en demostrar para qué le quiere el técnico. En cuanto pudo, el lateral del Barcelona agarró el balón desde los 11 metros, levantó sus 195 centímetros del suelo y disparó un cañón que se coló por la escuadra de la portería de Stanic.

“Físicamente es un portento, tiene un salto y un brazo increíble”, comenta Antonio García, otra de las novedades de la lista del combinado para este torneo. Con la apuesta por estos dos jugadores, ante la ausencia, por lesión, de Alberto Entrerríos y de Iker Romero, por decisión técnica, Rivera ha logrado tapar con creces la mayor carencia que tenía el equipo, el lanzamiento exterior. Contra Serbia, el jugador del Ademar de León anotó cuatro goles y Aguirrezabalaga dos, antes de retirarse con una rotura del tendón de un dedo dela mano izquierda, que no le impidió estar ante Argelia en el segundo partido.

“Valero nos dejó muy claro para qué nos quería y lo que pensaba que podíamos aportar al equipo”, explica García, quien aunque no tiene la misma capacidad de lanzamiento que el jugador del Barcelona, sí maneja muy bien el dos contra dos con el pivote, como demostró en la parte final del primer encuentro, donde su alianza con Julen Aguinagalde acabó de decantar la balanza para España y puso en alza la nueva dimensión en la profundidad de la selección española.