De paliza en paliza

Bielsa medita una revolución en el Athletic para superar la sobrecarga de partidos y enfrentarse al Barça con menos de 48 horas de recuperación tras la eliminatoria europea

Muniain celebra el cuarto gol ante el Schalke con sus compañerosLars Baron (Bongarts/Getty Images)

“Tendré que esperar al desarrollo del partido [contra el Schalke 04] para saber qué hay que hacer frente al Barcelona. Es una situación que no había vivido nunca, tener que jugar dos partidos tan exigentes en menos de 48 horas”, afirmaba en Alemania Marcelo Bielsa antes de vencer al equipo de Raúl, preguntado por una posible revolución en el equipo que hoy saltará al Camp Nou. Después de ganar 2-4, hasta los propios futbolistas esperaban notables cambios en la alineación, e incluso Llorente hablaba sin timidez de la necesidad de rotaciones en un equipo que ha disputado la mayor parte de las tr...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

“Tendré que esperar al desarrollo del partido [contra el Schalke 04] para saber qué hay que hacer frente al Barcelona. Es una situación que no había vivido nunca, tener que jugar dos partidos tan exigentes en menos de 48 horas”, afirmaba en Alemania Marcelo Bielsa antes de vencer al equipo de Raúl, preguntado por una posible revolución en el equipo que hoy saltará al Camp Nou. Después de ganar 2-4, hasta los propios futbolistas esperaban notables cambios en la alineación, e incluso Llorente hablaba sin timidez de la necesidad de rotaciones en un equipo que ha disputado la mayor parte de las tres competiciones con apenas 13 futbolistas, por encima de los 1.000 minutos de juego, una situación poco habitual en las últimas décadas en el equipo rojiblanco. Además, a la exigencia de la LFP de jugar el partido contra el Barcelona hoy (22.00 horas), con menos de 48 horas de recuperación, se añadía el cansancio de un viaje complicado.

Partió el Athletic el martes de Bilbao a Düsseldorf y de allí a los alrededores de Gelsenkirchen, para retornar el jueves, al término del encuentro, sobre las 11 de la noche, a Colonia desde donde partió a Barcelona y a donde llegó pasadas las 4 de la mañana del viernes.

Se ha acostumbrado el Athletic a vivir de paliza en paliza para sobrevivir en las tres competiciones, Liga, Copa, cuya final jugará con el Barcelona, y Liga Europa, donde ha encarrilado los cuartos de final.

El tema del cansancio físico ha revoloteado el último mes, cuando el equipo rojiblanco ha acumulado tres derrotas y un empate en la Liga sin que Bielsa haya movido el banquillo más allá de lo imprescindible, por sanción o lesión. Siempre ha creído Bielsa que el equipo físicamente está bien y no advierte un cansancio especial en sus futbolistas favoritos. Solo dos nombres propios le han quitado el sueño: Herrera y Llorente. El primero con unas molestias en el pubis que se advierten en su rendimiento, y el segundo que acumula ya dos lesiones que le han apartado varios partidos del once titular.

El argentino cuenta con apenas 13 futbolistas para las tres competiciones. Más que cansancio físico, el equipo ha mostrado cierto cansancio psicológico

El resto ha tenido ligeros descansos. Otros ni eso. Susaeta, por ejemplo acumula ya 49 partidos, todos los disputados por el equipo. Y sin embargo, el extremo guipuzcoano fue capaz de prolongar una interminable carrera en el minuto 90, en el Velits Stadium, atravesando la mitad del campo, ganando la batalla a su defensor y asistiendo con frescura el gol de Muniain. En general, especialmente en la competición europea, el Athletic ha acabado siempre los partidos en el área del rival: quizá ello explique que desde que comenzó la Liga Europa haya marcado en todos los encuentros disputados, salvo curiosamente en el primero frente al Trabzonspor en San Mamés, cuando aún estaba digiriendo el modelo Bielsa.

De Susaeta, Bielsa siempre ha defendido su extraordinaria capacidad técnica, pero también “su espíritu solidario” para trabajar en defensa, habida cuenta de las constantes subidas del lateral Iraola.

Muniain, con 48 partidos, a sus 19 años, es el segundo jugador de campo con más apariciones en el equipo. Caso aparte es De Marcos, con 44 partidos, pero con el cuentakilómetros pasado de vueltas por el enorme despliegue físico de un muchacho que hace apenas tres años se partía el pecho en la Segunda División B.

Ahora nadie duda de un modelo que se demuestra adecuado por los resultados obtenidos y sobre todo por su participación en Europa. Si acaso, en algunos momentos el Athletic ha podido mostrar un cierto cansancio psicológico, generalmente atribuido a la euforia de su eliminatoria frente al Manchester United, que le valió el reconocimiento unánime del continente. Han sido como resacas inevitables de sus borracheras futbolísticas.

En Barcelona, sin embargo, Bielsa puede cambiar el manual. Sin tiempo para una recuperación adecuada y ante un rival magnífico que juega en casa, el técnico argentino se plantea abordar una revolución que podría dejar fuera del equipo a entre cuatro o seis titulares habituales. Dos son claros: Herrera y Llorente, un tanto perseguidos por las lesiones. Y otros, como De Marcos, Javi Martínez, Susaeta o Aurtenetxe, podrían seguir el mismo camino. Bielsa no quiere tirar el partido —no es su estilo—, pero tampoco quiere tirar el equipo en su lucha por alcanzar una digna posición en la Liga y una segunda final, la de la Liga Europa, que añadir a la que discutirá con el Barcelona en la Copa del Rey, ambas en mayo. Aunque todo depende de cómo haya visto Bielsa a sus muchachos en el entrenamiento a puerta cerrada del Mini Estadi.

Archivado En