El sueño de la ‘Final Four’ se aleja para el Bizkaia

Los de Katsikaris vuelven a sucumbir ante la fortaleza del CSKA a pesar de ofrecer una versión mejorada respecto al primer partido de la serie

Kirilenko tapona un tiro de BanicMAXIM SHIPENKOV (EFE)

El Gescrap Bizkaia recibirá al CSKA la semana que viene en Miribilla sin margen de error y con el acceso a la Final Four prácticamente vetado. Los rusos propinaron otro brusco empujón a los bilbaínos haciendo valer su gran poderío físico y su profundidad de recursos en todas las posiciones. Los de Fotis Katsikaris, no obstante, ofrecieron una versión mejorada respecto al primer choque de la serie y pueden presumir de su actitud firme y una concentración permanente que, por momentos, sirvió para minimizar sus errores.

Los vizcaínos saltaron a la cancha tensos como las cuerdas de violín, ...

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El Gescrap Bizkaia recibirá al CSKA la semana que viene en Miribilla sin margen de error y con el acceso a la Final Four prácticamente vetado. Los rusos propinaron otro brusco empujón a los bilbaínos haciendo valer su gran poderío físico y su profundidad de recursos en todas las posiciones. Los de Fotis Katsikaris, no obstante, ofrecieron una versión mejorada respecto al primer choque de la serie y pueden presumir de su actitud firme y una concentración permanente que, por momentos, sirvió para minimizar sus errores.

Los vizcaínos saltaron a la cancha tensos como las cuerdas de violín, dispuestos a evitar los fallos del anterior choque en el Universal Sports Hall de Moscú. Sin embargo, el peso de tener que desterrar cualquier duda en el juego y mantener altos los niveles de alerta para evitar que la espada de Damocles rusa cayera sobre ellos causó en un primer momento el efecto contrario. Los de Fotis Katsikaris a punto estuvieron de hundirse desde el primer cuarto sin remedio. Apretaron la defensa, pero el CSKA se cerró aún más. Fueron más agresivos, pero Kirilenko decidió morder en serio.

Los rusos alargaron la mano y robaron a dos manos todos los balones que los bilbaínos descuidaron. Poco a poco, el Bizkaia fue reaccionando y antes del descanso el resultado tenía otro color (41-36). El acierto de Blums desde la línea exterior y la certera puntería de Mavroeidis abonaron el terreno para un partido mejor que el del pasado miércoles, el segundo mejor choque del CSKA de la temporada.

CSKA, 79 - Gescrap Bizkaia, 60

CSKA Moscú: Teodosic (18), Siskauskas (5), Kirilenko (20), Khryapa (13), Krstic (5) -quinteto inicial-; Vorontsevich (3), Kaun (5), Shved (4), Kurbanov (0) y Gordon (6).

Gescrap Bizkaia: Jackson (12), Vasileiadis (0), Mumbrú (3), Fischer (6), Hervelle (3) -quinteto inicial-; Raúl López (13), Fisher (0), Banic (8), Blums (6), Mavroeidis (9) y Grimau (0).

Parciales: 26-15; 15-21; 17-16; 21-8.

Árbitros: Dubravko Muhvic (Cro.), Eddie Viator (Fra.) y Tasos Piloidis (Gre.). Sin eliminados.

Universal Sports Hall CSKA de Moscú. 4.900 espectadores.

El gigante de Jonas Kazlauzkas tuvo en Shmed un asistente eficaz y en Teodosic y en Khryapa a los encargados de engrasar el reloj de precisión ruso cuando el Bizkaia aceleraba. Jackson tuvo un mérito especial en el partido porque no perdió ni media ocasión.

Tras el descanso, el Bizkaia ofreció una cara muy distinta a la que mostró en el primer choque de la serie. Al contrario de lo que ocurrió entonces, los de Katsikaris fueron de menos a más y llegaron a ponerse solo a cinco puntos por debajo. D’or Fischer tuvo buena parte de la culpa. Le faltó al Bizkaia una pizca de suerte también, aunque no remataron bien las jugadas en demasiadas ocasiones. Los bilbaínos llegaban con determinación a la canasta contraria, pero no atinaban y el balón pasaba a manos del equipo ruso una vez tras otra. La diferencia entre ambos equipos era precisamente esa. El CSKA encestaba si llegaba, el Bizkaia, no. Siskaukas y Teodosic complicaron las opciones bilbaínas, pero Banic y Raúl López no se resignaron.

Tirando más de orgullo que de una estrategia clara, el Bizkaiano pudo frenar la escalada rusa. Más fuertes en todas las posiciones, perfectamente posicionados y con la moral por las nubes, los de Kazlauzkas desplegaron sus múltiples variantes ofensivas con su gran poderío físico. El último cuarto ofreció un debilitado retrato del equipo bilbaíno, que sucumbió al CSKA con la tranquilidad de haber mejorado su juego y haber acumulado una gran experiencia de cara a futuros encuentros de Liga y Euroliga.

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