El dilema de Raúl

A punto de cumplir 35 años, la renovación del delantero con el Schalke se complica además por razones económicas

Raúl celebra su gol al Kaiserlauten.DANIEL ROLAND (AFP)

Raúl tiene a Alemania en vilo. Hace apenas tres meses se llevaba la mano al corazón tras marcar el tercer gol que completaba su hat-trick al Werder Bremen. Poco después explicaba en la cadena de televisión ZDF el significado de su gesto: “Quería agradecer a la gente el cariño que me tiene. Venir a este equipo ha sido una experiencia maravillosa. Todos me tratan con muchísimo respeto y es algo que no me esperaba. Soy feliz jugando al fútbol aquí y me gustaría quedarme”. Aquel día el delantero andaba exultante. Se atrevió incluso a responder a una pregunta en un macarrónico alemán y se ...

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Raúl tiene a Alemania en vilo. Hace apenas tres meses se llevaba la mano al corazón tras marcar el tercer gol que completaba su hat-trick al Werder Bremen. Poco después explicaba en la cadena de televisión ZDF el significado de su gesto: “Quería agradecer a la gente el cariño que me tiene. Venir a este equipo ha sido una experiencia maravillosa. Todos me tratan con muchísimo respeto y es algo que no me esperaba. Soy feliz jugando al fútbol aquí y me gustaría quedarme”. Aquel día el delantero andaba exultante. Se atrevió incluso a responder a una pregunta en un macarrónico alemán y se subió por segunda vez desde su llegada al Schalke a la grada (la primera vez lo hizo tras la clasificación del equipo a semifinales de la Champions por primera vez el año pasado) para corear un canción con los aficionados: “No sabría traducirla, pero sé más o menos cómo se canta”, relataba.

Ahora las cosas han cambiado. Las especulaciones sobre su futuro son constantes: casi todos los días aparecen en los medios alemanes nuevos detalles sobre su situación y en las últimas semanas la balanza se inclina por su salida de la Bundesliga: “Raúl es extraordinario, pero dudo de que el Schalke vaya a hacer un gran sacrificio económico por un jugador de casi 35 años”, manifiesta Christof Kneer, redactor del Süddeutsche Zeitung. En la misma línea se expresa el director del programa de deportes Sportschau de la cadena ARD, Steffen Simon, a través un reciente artículo con olor a despedida: “Gracias, señor Raúl González Blanco”, tituló en castellano. Luego escribe que el madrileño “llegó como una leyenda y se irá como un héroe” y concluye con un “todos tenemos que estar agradecidos por haber disfrutado de un futbolista como él”.

Uno de los escollos para la renovación es que Raúl quiere prolongar su contrato dos años y el Schalke solo le ofrece uno. Además, está el problema de su ficha: hasta ahora el Real Madrid aportaba dos millones de euros de los cerca de siete que cobra cada año, pero dejará de pagar esta subvención a final de temporada. A pesar del secretismo sobre las cifras, los medios dan por hecho que para quedarse el futbolista tendría que renunciar a un buen pellizco de su salario. Un dinero que no le iba a faltar en caso de iniciar la aventura a Catar, EE UU o Rusia.

Por si fuera poco, los diarios apuntan a que su bajo rendimiento desde que comenzó la segunda vuelta está haciendo mella en la negociación. Como si quisiera desmentirlo, Raúl volvió a marcar ayer en la victoria de su equipo ante el Kaiserlauten (4-1). Su técnico, Huub Stevens, ha respaldado a su pupilo, pero no se ha cortado a la hora de expresar dudas sobre su futuro rendimiento: “Tiene 34 años y en su caso se trata de que pueda mantener el nivel”, afirma.

En las casi dos temporadas que lleva en Alemania, el exjugador del Madrid ha jugado un total de 87 partidos y ha anotado 34 goles. Su camiseta es la más vendida en las tiendas del club; su gol de cuchara contra el Colonia, el mejor del año 2011 en Alemania; su fútbol hace las delicias de los seguidores y su físico, la de muchas aficionadas: las del Schalke le han elegido jugador más atractivo de la Bundesliga.

Le gusta vivir en Düsseldorf. “Es una ciudad muy agradable, más pequeña que Madrid”, ha dicho. Su familia no ha tenido problemas para adaptarse al país: “No echamos mucho de menos España. Las corridas de toros las puedo seguir por televisión”, asegura en una entrevista en el periódico digital DerWesten. Todas las mañanas acompaña a sus hijos al colegio antes de ir a entrenarse y a veces se los lleva a ver partidos de hockey sobre hielo. Es el niño mimado de la afición con la que ha vivido momentos inolvidables: “Celebrar con ellos en las gradas la victoria contra el Inter en la Champions fue muy emocionante. En España esa relación con el público no existe. Uno se despide con la mano de la gente y basta”.

Se ha llevado los halagos de técnicos, jugadores y medios, que destacan su talento, “sencillez y profesionalidad”. Pero su presidente, Clemens Tönnies, no está por la labor de ponérselo fácil: “Le hicimos una oferta muy buena. Estamos conversando con su representante y toca esperar. Ahora, depende de él”, ha comentado.

La pelota está una vez más en el tejado de Raúl.

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