“El Stoke es el más inglés”

El central Dealbert, un ejemplo de compromiso en el Valencia, habla de la presión de Mestalla

Angel Dealbert disputa el balón con Peter Crouch en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Liga EuropaClive Mason (Getty Images)

La principal virtud de Dealbert es la concentración. “Hay jugadores muy buenos que, en determinados momentos, se van del partido. Yo trato de evitarlo. Puyol es el ejemplo de jugar al 100% los 90 minutos”. El entrenador, Unai Emery, pone a Dealbert como referencia de humildad y compromiso, siempre dispuesto a ocupar el puesto cuando se le requiere. ¿No se cansa de pasar del campo a la grada sin rechistar? “Tengo mi carácter y claro que me duele quedarme fuera. Lo pagan mis compañeros en el entrenamiento de la mañana siguiente”, bromea.

Esa atención máxima, después de tantas horas visual...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Àngel Dealbert (Benlloch, Castellón;1983) acabó el partido en el estadio Britannia, del Stoke, con la espalda “llena de arañazos”. Víctima de las garras del delantero inglés Peter Crouch —hoy baja por lesión—, que mide 2,02 metros, 17 centímetros más que el central valencianista. “Al ser tan fino parece aún más alto. Y no necesita saltar. Se apoya en los contrarios y rasca”, explica Dealbert en una mañana soleada en Paterna, el día siguiente de la peor derrota de Unai Emery al frente del Valencia, el 5-1 en el Camp Nou, consecuencia en parte de la victoria del jueves anterior en la Liga de Europa ante el Stoke (0-1): un partido rudo y sin tiempo para recuperarse y evitar el ciclón azulgrana.

Dealbert estuvo impecable en el marcaje a la principal referencia del Stoke. Y le sorprendió la locuacidad de los futbolistas ingleses, gritándose e insultándose entre sí y también a los valencianistas, recriminando una dureza también ejercida por ellos. “El Stoke es el más inglés de la Premier. Sería comparable a Osasuna, pero con más físico. Todos pasan del 1,80 salvo los extremos: Crouch baja el balón, lo orienta y los extremos centran desde la banda”.

La principal virtud de Dealbert es la concentración. “Hay jugadores muy buenos que, en determinados momentos, se van del partido. Yo trato de evitarlo. Puyol es el ejemplo de jugar al 100% los 90 minutos”. El entrenador, Unai Emery, pone a Dealbert como referencia de humildad y compromiso, siempre dispuesto a ocupar el puesto cuando se le requiere. ¿No se cansa de pasar del campo a la grada sin rechistar? “Tengo mi carácter y claro que me duele quedarme fuera. Lo pagan mis compañeros en el entrenamiento de la mañana siguiente”, bromea.

Esa atención máxima, después de tantas horas visualizando el encuentro, tiene su parte negativa. “Me cuenta mucho dormir antes de los partidos. Le doy muchas vueltas. Demasiadas. A veces le pido una pastilla al doctor para dormir. Pero no puedo evitarlo: va dentro de mí y siempre será así”.

La presión de Mestalla es implacable, especialmente con un defensa como él, al que muchas veces la grada le expresa desconfianza con un runrún cuando recibe el balón. “Mestalla es exigente y así lo será ante el Stoke después de lo de Barcelona”. Emery, además, quiere que los centrales saquen siempre el balón jugado. “Es su filosofía”. Aun así, Deabert dice sentirse reconocido, sobre todo por los compañeros y el entrenador, quien enseñó en el vestuario un vídeo de Dealbert cercando a Crouch como muestra de autoexigencia y esfuerzo.

El Stoke sería comparable a Osasuna, pero con más físico

Aunque vive en Castellón, Dealbert regresa en cuanto puede a Benlloch, un pueblo del interior de poco más de 900 habitantes, a 32 kilómetros de la capital de La Plana. Él empezó a jugar en el campo de su localidad antes de atreverse a probar, junto a unos amigos, en el San Miguel de Castellón, que tenía un convenio con el club blanquinegro. “Lo veo con mucha tristeza. Es el equipo de mi vida”, dice Dealbert en alusión a la situación desesperada del Castellón, en Tercera División y al borde de la desaparición. Allí llegó a los 15 años y estuvo hasta los 25, fichado para el Valencia por Fernando Gómez, que había sido director general del conjunto castellonense. Simpatizante de niño del Madrid, Dealbert idolatraba a Fernando Hierro años antes de admirar a Ayala y a Puyol. Fanático ahora de baloncesto, recibe todas las revistas especializadas en la canasta. Y ve todos los partidos que puede pese a las protestas de su mujer. “Ricky ha causado un gran impacto”, dice tras confesarse seguidor de Minnesota y LosÁngeles Lakers.

Esta noche, tras haber repasado cientos de veces el duelo en su cabeza, le esperan una dura pelea con los delanteros ingleses —John y Walters—y el veredicto de Mestalla. La concentración siempre está de su parte.

Archivado En