La Copa se aleja para el Bizkaia

El Gescrap Bizkaia se sumergió ayer un poco más en la crisis que vive en la Liga al caer ante el Unicaja en Málaga. Abonado a los finales frenéticos, los bilbaínos vieron con esta derrota mermadas al límite sus posibilidades de entrar en la clasificación para la Copa del Rey. Este golpe confirma la bipolar carrera vizcaína (en la Euroliga hacen historia) aunque certifica también la capacidad de los de Fotis Katsikaris para luchar hasta el último segundo en cada choque. Pese a ello, también revela sus dificultades fuera de casa: No han ganado lejos de Miribilla en lo que va de temporada. Mientr...

El Gescrap Bizkaia se sumergió ayer un poco más en la crisis que vive en la Liga al caer ante el Unicaja en Málaga. Abonado a los finales frenéticos, los bilbaínos vieron con esta derrota mermadas al límite sus posibilidades de entrar en la clasificación para la Copa del Rey. Este golpe confirma la bipolar carrera vizcaína (en la Euroliga hacen historia) aunque certifica también la capacidad de los de Fotis Katsikaris para luchar hasta el último segundo en cada choque. Pese a ello, también revela sus dificultades fuera de casa: No han ganado lejos de Miribilla en lo que va de temporada. Mientras, los de Chus Mateo se mueven en otra onda, ya que luchan por estar entre los cuatro primeros cuando finalice la primera ronda. El margen de error de los bilbaínos es ahora, por contra, muy exiguo y solo uno de los cinco encuentros que le quedan para acabar la primera vuelta será en Miribilla. Ambos son rivales en la Euroliga

El Bizkaia salió dispuesto a demostrar que el último tropiezo ante el Baskonia fue solo eso, un doloroso desliz mezclado con mala suerte, pero se quedó a medias. Ambos equipos levantaron altos muros defensivos que mantuvieron el choque muy igualado. Del lado vizcaíno, D'or Fischer y Jackson pusieron la claridad de ideas y Mumbrú busco las oportunidades. En el frente malagueño, Zoric y Freeland no perdonaron una sola ocasión para desestabilizar el juego de los de Katsikaris. Fue un choque duro, muy físico, que la cabeza fría de los malagueños logró dominar. Un mate de Freeland dijo adiós a cualquier estrategia en los instantes finales y colocó a los bilbaínos en una posición muy delicada en la ACB.