Año nuevo, Nadal nuevo

El número dos trabaja con una raqueta más pesada y vence 6-3, 6-7 y 6-3 a Kohlschreiber en Catar, su primer partido oficial de 2012

Año nuevo, Rafael Nadal nuevo. El número dos mundial venció 6-3, 6-7 y 6-3 su primer partido oficial de 2012 ante el alemán Kohlschreiber, en su debut en el torneo de Catar y tras aumentar el peso de su raqueta para ganar potencia en los tiros. A falta de más encuentros para medir su verdadero nivel, el mallorquín estuvo muy agresivo con su derecha, que dejó golpes potentísimos y otros desubicados; pícaro con el servicio, que le procuró un par de aces en momentos delicados; y rápido de piernas. Tras menos de un mes de descanso desde que consiguió para España el punto decisivo en la conq...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Año nuevo, Rafael Nadal nuevo. El número dos mundial venció 6-3, 6-7 y 6-3 su primer partido oficial de 2012 ante el alemán Kohlschreiber, en su debut en el torneo de Catar y tras aumentar el peso de su raqueta para ganar potencia en los tiros. A falta de más encuentros para medir su verdadero nivel, el mallorquín estuvo muy agresivo con su derecha, que dejó golpes potentísimos y otros desubicados; pícaro con el servicio, que le procuró un par de aces en momentos delicados; y rápido de piernas. Tras menos de un mes de descanso desde que consiguió para España el punto decisivo en la conquista de la Copa Davis, también estuvo irregular al saque, lo que le hizo ir a remolque en la manga decisiva (0-1), finalmente remontada con una racha de cuatro juegos ganados seguidos (4-1). Ahora se medirá al alemán Gremelmayr, el número 189.

El Abierto de Australia comienza el 17 de enero. Nadal tiene muchos asuntos que resolver antes de que arranque esa cita. Primero están los dolores en un hombro, que le obligaron a modificar su pretemporada; durante dos semanas, no pudo tocar la raqueta y solo trabajó en el gimnasio. Luego está la arriesgada decisión de cambiar las características de la herramienta de trabajo, que es como pedirle a un violinista que lo haga de instrumento: más allá de la biomecánica, se entra en el terreno de las sensaciones y los sentimientos. Está, finalmente, la cuestión de resolver el patrón de juego. El número dos se reconoció como un tenista "demasiado previsible" en 2011. Su partido ante Kohlschreiber le vio dejar algunas pistas de sus nuevas intenciones (más agresividad, más decisión a la hora de cerrar los puntos, con menos peloteos intermedios), señales que se fueron diluyendo con el paso de los minutos y el aumento de las dificultades.

Como casi siempre, los pies marcaron el cómo y el porqué del mallorquín en el duelo. Golpeando el 30% de las pelotas por delante de la línea de fondo, en plan comandante, gobernó con placidez la primera manga. Reducido a un exiguo 6% en el comienzo de la segunda, en la que dejó escapar cuatro puntos de break, pronto pagó la estadística viéndose por detrás en el marcador frente al número 43, un hombre que siempre le da problemas, y más en cemento, donde le ha ganado siempre una manga en los cinco partidos que han disputado.

La recuperación del mallorquín en el marcador llegó a base de golpes potentísimos. Tuvo, también, el alto ritmo que se reclama a sí mismo, la mezcla de paciencia y contundencia que necesita para masticar los puntos y pulmones para competir el primer maratón del año (2h23m). Solo el tiempo dirá cuánto tuvo que ver en eso el nivel del rival, cuánto los cambios técnicos y cuánto el trabajo con la nueva raqueta.

Nadal realiza un saque en el partido ante Kohlschreiber.FADI AL-ASSAAD (REUTERS)

Archivado En