El Madrid tropieza con Farmar

Los 27 puntos del base estadounidense tumban al combativo conjunto de Laso

Un martillo pilón. Una descarga eléctrica imposible de cortocircuitar. Jordan Farmar arruinó las expectativas de un combativo Madrid de romper su gafe en Tel Aviv. Los de Laso, casi siempre a remolque, se sostuvieron en el partido hasta el final pero sucumbieron ante la brillante actuación del base estadounidense.

Ansiosos por comprobar el tacto del balón, los NBA de cada equipo se retaron desde el primer minuto. Farmar por el Maccabi y Rudy por el Madrid desataron las hostilidades. Las briosas penetraciones del base, excompañero de Pau Gasol en los Lakers rivalizaban, sin tiempo para e...

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Un martillo pilón. Una descarga eléctrica imposible de cortocircuitar. Jordan Farmar arruinó las expectativas de un combativo Madrid de romper su gafe en Tel Aviv. Los de Laso, casi siempre a remolque, se sostuvieron en el partido hasta el final pero sucumbieron ante la brillante actuación del base estadounidense.

Ansiosos por comprobar el tacto del balón, los NBA de cada equipo se retaron desde el primer minuto. Farmar por el Maccabi y Rudy por el Madrid desataron las hostilidades. Las briosas penetraciones del base, excompañero de Pau Gasol en los Lakers rivalizaban, sin tiempo para el respiro, con la artillería del escolta blanco desde el perímetro. Lo de Farmar fue el anticipo de una noche iluminada, lo de Rudy, un arrebato de clase que quedó diluido por la falta de tino en los momentos cruciales.

MACCABI, 88 - R. MADRID, 82

Maccabi: Smith (15), Eliyahu (2), Farmar (27), Ohayon (5) y Schortsanitis (16) -equipo inicial-,

Papaloukas, Hendrix (7), Blu (16), Pnini, James y Langford.

Real Madrid: Rudy (13), Suárez (5), Mirotic. (2), Llull (3) y Begic (4) -equipo inicial-, Tomic (2), Pocius (4), Reyes (15), Carroll (18), Rodríguez (7) e Ibaka (9).

Árbitros: Ilija Belosevic (SRB), Fernando Rocha (POR) y Anastasios Piloidis (GRE). Sergio Llull fue eliminado por cinco personales en el minuto 40.

11.060 espectadores en el Nokia Arena de Tel Aviv ante 11.060 espectadores.

El jugador de los Nets, que -como Rudy e Ibaka en los blancos- participa en la Euroliga gracias al parón de la NBA a consecuencia del lockout, fue un martillo para el conjunto madridista, que acabó entregando la victoria ante su incontenible e incontestable actuación: 27 puntos, cuatro rebotes y cinco asistencias para un 35 de valoración.

El duelo arrancó desatado, con un ritmo muy del gusto de los hombres de Laso. El Madrid llegaba a Tel Aviv invicto y con la escarapela de mejor ataque de la competición con 92,5 puntos por partido -cerca de 20 puntos más que el conjunto israelí-. Pero su espíritu firme fue incapaz de superar la intensa rotación del cuadro de Blatt en una pista inabordable para los blancos en los últimos 15 años.

Ibaka, con una semana de rodaje, se sumó a la causa a los pocos minutos. Músculo, intimidación y resortes que elevaron el listón acreditando el lujoso cartel de la noche. La batalla se trasladó a la zona con un tránsito febril. Begic intentaba contener la fuerza desbordante de Schortsanitis mientras Ibaka y Hendrix se las tenían tiesas en un intercambio de canastas. La bocina que decretaba el final del primer cuarto sonó como el gong que da por concluido un asalto boxístico. El primer intercambio de golpes terminó en un eléctrico empate a 21. Pero con el paso de los minutos, el Maccabi fue imponiendo su poderío, el cuajo para tramitar con constancia y concentración los duelos endiablados y doblegar al rival por galones. Esa faceta en la que el Madrid aún no está licenciado a pesar de que con Laso el equipo no dimite ante la adversidad.

Ni la metralleta de Carroll (18 puntos), en un apasionante mano a mano con Devin Smith, ni el dominio en el rebote gracias al trabajo de Begic e Ibaka. Nada pudo con Farmar.

Schortsanitis frena a Begic.DAVID BUIMOVITCH (AFP)

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