Osasuna resuelve en dos minutos

Dos goles en dos minutos le bastaron a Osasuna para cerrar un partido intenso ante un Sporting ordenado que mereció más. Tras media hora de tanteo entre ambos equipos, cosidos a partir del mismo patrón, Osasuna demostró que ya no es un equipo necesitado de balones aéreos para acogotar a los rivales. La nueva trenza rojilla formada por Cejudo, Lamah y Kike Sola fue un martirio para la defensa asturiana, que no logró parar las rotaciones entre ambos y se perdió en el marcaje. Un nuevo Osasuna que entiende de combinaciones a ras de suelo sin necesidad de escapar a las alturas para dominar la situ...

Dos goles en dos minutos le bastaron a Osasuna para cerrar un partido intenso ante un Sporting ordenado que mereció más. Tras media hora de tanteo entre ambos equipos, cosidos a partir del mismo patrón, Osasuna demostró que ya no es un equipo necesitado de balones aéreos para acogotar a los rivales. La nueva trenza rojilla formada por Cejudo, Lamah y Kike Sola fue un martirio para la defensa asturiana, que no logró parar las rotaciones entre ambos y se perdió en el marcaje. Un nuevo Osasuna que entiende de combinaciones a ras de suelo sin necesidad de escapar a las alturas para dominar la situación.

La salida de Pandiani y Aranda ha marcado la fisonomía pamplonica hasta el punto de tener que reinventarse y huir de viejos hábitos que solventaron la papeleta el curso pasado, pero que se antojaban poco fiables en este curso. Fruto de una combinación entre los tres nació el primer gol de un partido que hasta el momento no tenía dueño. Kike Sola recibió en la frontal un balón goloso de Cejudo y se lo colocó a Nino ante la mirada de los centrales paraque éste solo tuviera que empujarlo a la red. Para el Sporting, que hasta el momento se había mostrado como un equipo ordenado, delicado en la construcción, pero apagado en los metros finales, fue un mazazo del que tardaría en despertar. No en vano, dos minutos mas tarde, un centro de Sergio era remachado de bolea por Cejudo -siempre en el lugar idóneo- sin que Juan Pablo tuviera tiempo de asimilar lo ocurrido en la jugada anterior.

A pesar del mandoble, el Sporting no se amilanó. Siguió buscando el entendimiento entre el centro del campo y la delantera, pero sin llegar exigir demasiado a los defensores navarros. Sergio y Roversio formaron una pareja sólida, que encontraba con facilidad a sus laterales, largos en ataque y solidarios en el repliegue. Raitala, el lateral finlandés encargado de hacer olvidar a Monreal, vendido al Málaga, se ofreció sin descanso para facilitar la salida del balón. Carecía, sin embargo, el Sporting de un canalizador de juego, alguien capaz de cambiar la tendencia del encuentro y ofrecer soluciones en ataque. Lo encontró en la segunda parte con Rivera y Barral, que aliviaron la apatía inicial del Sporting y se aprovecharon de la relajación local. Tanto que un desesperado disparo desde la frontal del delantero gaditano se le resbaló de las manos a Andrés Fernández y dio vida a los asturianos. Aun así el tardío despertar no fue suficiente y Osasuna cosechó una victoria que podría multiplicar su valor al final de temporada.