España se gusta

Había preocupación por la posibilidad de que el doble enfrentamiento ante Australia, un rival menor, no fuera la mejor de las maneras para cerrar la preparación de cara al Europeo. Y Australia, en ninguno de los dos enfrentamientos, fue un contendiente a la altura. En esta ocasión, sin ir más lejos, el duelo apenas duró cuatro minutos. Lo que tardó en ponerse 18-5 en el marcador gracias a una salida en tromba comandada por Pau Gasol y refrendada por el tino de Juan Carlos Navarro en cada ocasión que se levantó para tirar. El preludio de una paliza que terminó 97-58.

Con el quinteto inic...

Había preocupación por la posibilidad de que el doble enfrentamiento ante Australia, un rival menor, no fuera la mejor de las maneras para cerrar la preparación de cara al Europeo. Y Australia, en ninguno de los dos enfrentamientos, fue un contendiente a la altura. En esta ocasión, sin ir más lejos, el duelo apenas duró cuatro minutos. Lo que tardó en ponerse 18-5 en el marcador gracias a una salida en tromba comandada por Pau Gasol y refrendada por el tino de Juan Carlos Navarro en cada ocasión que se levantó para tirar. El preludio de una paliza que terminó 97-58.

Con el quinteto inicial que se prevé para el Europeo (Calderón, Navarro, Rudy y los dos hermanos Gasol) Australia se desintegró. España era más alta, más rápida y más certera en todo lo que hacía, mientras que a los aussies, simplemente, no les alcanza el baloncesto para esos niveles. Con los jugadores de Scariolo de dulce, incluso Rudy Fernández, que convirtió dos triples en el primer cuarto y recuperó algo la sonrisa perdida en los últimos partidos, se sumó a la fiesta. "Espero estar a tope en el Europeo porque ahora mismo no me siento al nivel del equipo", dejó ayer escrito en Twitter.

El segundo quinteto, introducido por Scariolo sin apenas mezclarlo con el primero, se dejó ir durante buena parte del segundo cuarto y los australianos rebajaron momentáneamente la diferencia de los 10 puntos, gracias principalmente a Milles, muy acertado en su empeño por borrar su nefasto partido de ayer. Pero fue un espejismo, ya que España también pareció haberse guardado los triples que marró el día anterior, dejando claro al descanso que ya no quedaba partido por disputar. 20 minutos finales que sirvieron para que Ibaka se divirtiera con sus tapones (4), San Emeterio volviera a dejar una grata imagen y España aumentara la diferencia hasta el 97-58 final.

España concluye una preparación que no solventa, en cualquier caso, las dudas ni da espacio a las conclusiones; no ha habido un solo encuentro que se haya decidido en los últimos minutos. Por un lado, el buen rendimiento de los hermanos Gasol y de Ibaka -que no ha faltado a su cita con la intimidación- parece poner en un segundo plano sus posibles problemas de compatibilidad al coincidir en pista. Aunque sí asemeja más preocupante que ni Calderón ni Ricky Rubio, los dos primeros bases de la rotación, hayan mostrado su mejor cara. Sada, por si acaso, a un buen nivel, aguarda su oportunidad. Problema que se reproduce en el puesto de tres, con el bajo estado de forma de Rudy Fernández y la aparición fugaz y timorata de Claver tras haberse pasado la mayoría de los partidos ejerciendo de ala-pívot. Únicamente San Emeterio se ha mostrado más entonado en los minutos que ha tenido, pero habrá que ver el peso que Scariolo le asigna a la hora de la verdad.

Pese a los peros y a la espera de que Felipe Reyes se reintegre al equipo tras el fallecimiento de su padre, sobresale el hecho de que a excepción de una derrota contra Lituania (88-76), España ha contado por claras victorias todos sus partidos. Encuentros que quedarán en balas de fogeo cuando el próximo miércoles, ante Polonia (15.15; La Sexta), empiece el Europeo al que la selección llega como clara favorita.