El triunfo soñado de un novato

El estadounidense Bradley asombra en su estreno en el Campeonato de la PGA norteamericana

Si algún día el PGA se menospreció por la fecha en la que se jugaba, por ser el último grande del año y por ser considerado el major más asequible, hoy ha recuperado todo su valor. Realmente lo hace cada año, porque siempre deja un buen sabor de boca para el aficionado. Una exhibición que involucra a jugadores en un momento dulce y a campos preparados para destrozar vueltas en los hoyos finales. Es un torneo plagado de épica. De emociones. Nadie se ha guardado nada, porque de verdad se estaban jugando un grande. El ejemplo más claro se ha visto en el hoyo 12. Hasta siete jugadores han h...

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Si algún día el PGA se menospreció por la fecha en la que se jugaba, por ser el último grande del año y por ser considerado el major más asequible, hoy ha recuperado todo su valor. Realmente lo hace cada año, porque siempre deja un buen sabor de boca para el aficionado. Una exhibición que involucra a jugadores en un momento dulce y a campos preparados para destrozar vueltas en los hoyos finales. Es un torneo plagado de épica. De emociones. Nadie se ha guardado nada, porque de verdad se estaban jugando un grande. El ejemplo más claro se ha visto en el hoyo 12. Hasta siete jugadores han hecho un eagle en este fácil par cinco, y en contadas ocasiones alguien ha salido en el hoyo 13 sin haberse apuntado el birdie del hoyo anterior. Un abuso que el campo ha permitido y que después ha querido hacer pagar en el brutal final que tiene.

El ganador ha sido Keegan Bradley, un golfista que encuentra la motivación en su familia. Novato en el circuito, también en el éxito que ofrecen los majors. Su primer grande en su primera aparición y con la responsabilidad de devolver a Estados Unidos una victoria en un grande que no veían desde abril de 2010. Este chico ha sacado de donde no había. En el hoyo 15 se iba al agua, pagaba un tremendo peaje y firmaba un triple bogey que le auguraba un feo porvenir pues se situaba a cinco golpes, a falta de tres hoyos. Pero ahí han aparecido todas las virtudes de este golfista de solo 25 años. Especialmente las ganas que le pone, el carácter ganador que tiene. Un birdie en el 16 y otro más tarde tras un putt de unos 20 metros en el 17, le situaban en -8. Resultado refrendado con un par en el 18. Una presión que Dufner no ha podido superar y al final han empatado tras los 72 hoyos regulares, la cuarta vez que ocurre en los últimos once años.

En el desempate, el trabajo parecía hecho. Bradley llegaba pletórico de moral y Dufner hundido. Pero el espectáculo no cesó. En el primer hoyo, de los tres que exige el PGA para elegir vencedor, Dufner jugó primero su segundo golpe. Desde el centro de la calle, y desde unos 160 metros, a punto estuvo de encontrar hoyo. La bola acabó finalmente a un metro escaso, pero el putt se hizo largo para Dufner que no lo embocó. Bradley respondió dejando la bola más cerca que su oponente y completando el birdie que le daba la ventaja inicial. Un par de Bradley al 17 por un bogey de Dufner, sentenciaban el torneo y solo quedaba el trámite del 18, resuelto con un birdie de Dufner y un par para el ganador.

El torneo ha sido muy cruel con Dufner. En ningún momento el estadounidense dejó ver sus emociones, nunca hizo un aspaviento ni un mal gesto. Aceptó todo lo que el campo le dio y le quitó y merecía un final diferente. Pero el golf es cruel y el Atlanta Athletic Club no perdona un error. Y Dufner, que no había cometido ninguno hasta el hoyo 15 del último día, se los reservó todos para el final. Para los momentos clave. Una oportunidad que ha tardado seis años en llegar y que nadie sabe cuándo volverá a aparecer.

Por último, destacar el buen torneo de Sergio García. El castellonense ha completado tres vueltas bajo par, y solo el putt le ha alejado de un puesto más honorífico que el decimosegundo que ha cosechado al final. También Pablo Larrazábal, que hoy, sin opciones, ha hecho la mejor vuelta del día, para +5 total.

Bradley, tras hacer el birdie del hoyo 17.ANDREW REDDINGTON (AFP)

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