Dorsal 216, Jonathan Hivert

Hace unas semanas, por circunstancias, salió a colación la historia del gato al que apodaban por motivos que ahora explicaré el gato de la muerte. Tras conocerse públicamente sus supuestas dotes, se ha escrito sobre él un libro y se ha rodado un documental, que tuve yo la oportunidad de ver hace ya un tiempo. Por cierto, el gato se llama Oscar y reside en un geriátrico de Rhode Island (EEUU).

Pues resulta que cada vez que a Oscar le da por visitar el cuarto de algún anciano, se da la casualidad de que ese anciano fallece antes de que se cumplan 24 horas. Incluso quienes le conoce...

Hace unas semanas, por circunstancias, salió a colación la historia del gato al que apodaban por motivos que ahora explicaré el gato de la muerte. Tras conocerse públicamente sus supuestas dotes, se ha escrito sobre él un libro y se ha rodado un documental, que tuve yo la oportunidad de ver hace ya un tiempo. Por cierto, el gato se llama Oscar y reside en un geriátrico de Rhode Island (EEUU).

Pues resulta que cada vez que a Oscar le da por visitar el cuarto de algún anciano, se da la casualidad de que ese anciano fallece antes de que se cumplan 24 horas. Incluso quienes le conocen y le han visto en acción, dicen que atina más aún, y que es capaz de predecir la muerte con cuatro horas de antelación.

Bien, cambio de tercio; más información sobre Oscar en el libro, en el documental y como no, en Internet.

Jonathan Hivert es un corredor francés de 26 años que disputa este Tour en el equipo francés del Saur-Sojasun. Pasó a profesionales en 2006 y este es ya el tercer equipo diferente en el que milita. Este mismo abril fui testigo de cómo ganó la Clásica de Primavera (Amorebieta), una carrera que se disputa por las carreteras por las que ruedo yo habitualmente, imponiéndose en el sprint de un reducido pelotón.

Hoy Hivert formaba parte de la escapada de la que ha salido el vencedor de la etapa. En el último puerto, con una subida y una bajada complicada, han comenzado los ataques y Jonathan ha coronado en tercera posición. Se ha lanzado para abajo y ha tenido primero, un susto en una curva en la que ha tenido que sacar el pié del pedal. Luego, una caída en una curva en la que la inercia le ha expulsado de la carretera. Y poco después, se ha librado con habilidad de otra caída cuando se ha vuelto a salir de la ruta y se ha ido recto hacia el aparcamiento privado de la entrada de una casa.

¿Y qué relación hay entre la historia del gato e Hivert? Ahí entra en escena el líder, Voeckler. Porque resulta que unos cuatro minutos más tarde de lo ocurrido con Hivert, le ha sucedido lo mismo a Voeckler. En la curva a derechas de arriba, en la misma curva, Voeckler se ha ido recto aunque por fortuna no ha llegado a caerse. Y en la curva a izquierdas de abajo, la de la casa, se ha repetido la escena con visita a la entrada de la casa incluída. También hábilmente el líder ha evitado la caída. Se ha bajado de la bici, ha dado media vuelta y ha continuado su carrera. El paisano se habrá quedado un poco alucinado con tan inesperadas visitas.

Por todo esto, hoy he visto a Hivert comportándose como ese gato llamado Oscar en el caso particular de Voeckler. Adelantándole las desgracias con un margen de cuatro minutos. Por suerte, lo que anunciaba Hivert no era tan macabro, simplemente un pequeño susto. Así que hoy Hivert ha sido para Voeckler, podríamos afirmar, el gato del susto.

Suerte en este Tour, dorsal 216. Espero que lo de hoy haya sido una simple coincidencia y que esto que yo cuento no sea más que una fantasiosa elucubración en base a las casualidades. Eso espero yo, y supongo que Voeckler también.