Viñales, un prodigio; Terol abandona

El debutante español logra su segunda pole de 125cc en una jornada atípica y marcada por la lluvia intermitente.- El líder del campeonato cae y no correrá mañana

Que Maverick Viñales es un prodigio se descubrió en Le Mans, donde ganó su primera carrera del Mundial de motoclismo, con solo 16 años y en su cuarto gran premio. Todo un récord. Y también en Montmeló, donde volvió a subirse al podio, y en Silverstone, donde se apuntó la primera pole position en este campeonato. Hoy, en Assen, otro circuito desconocido para el joven de Roses (Girona), ha vuelto a asombrar a propios y extraños al sumar otra pole, la segunda, y consecutiva. La logró tras unos últimos minutos de pelea con Johann Zarco, que terminó segundo a casi dos décimas, un tiempo muy similar...

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Que Maverick Viñales es un prodigio se descubrió en Le Mans, donde ganó su primera carrera del Mundial de motoclismo, con solo 16 años y en su cuarto gran premio. Todo un récord. Y también en Montmeló, donde volvió a subirse al podio, y en Silverstone, donde se apuntó la primera pole position en este campeonato. Hoy, en Assen, otro circuito desconocido para el joven de Roses (Girona), ha vuelto a asombrar a propios y extraños al sumar otra pole, la segunda, y consecutiva. La logró tras unos últimos minutos de pelea con Johann Zarco, que terminó segundo a casi dos décimas, un tiempo muy similar al de Sandro Cortese, tercero. El líder del campeonato, Nico Terol, se lesionó y abandonó el Gran Premio.

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La jornada fue rara, atípica, porque la suspensión de los segundos entrenamientos de ayer por una insalvable mancha de aceite, muy peligrosa, obligó a alargar el entrenamiento matutino. Se sucedieron las caídas y las visitas a la clínica en el circuito de Assen. Terol, principal aspirante al título, fue uno de los primeros que se cayó, en los primeros compases de la sesión, en una mañana fría y aciaga. Tras el susto y el mareo provocado por los golpes y el dolor, el piloto comprobó que tenía una contusión en el calcáneo del pie derecho y una microfractura, apenas perceptible, en el meñique de la mano derecha.

Aquella caída marcó, sin embargo, su jornada. Estaba listo, aunque dolorido, para la sesión de clasificación. Entonces, cuando la mayoría de pilotos apenas llevaba tres vueltas, hizo aparición la lluvia y convirtió todo en un rompecabezas. Jasper Iwema, joven piloto holandés, se frotaba las manos en su taller, observando las pantallas que le decían que tenía la pole provisional. Dejó que cayera la lluvia y que los pilotos habituales al frente de la clasificación se preocuparan porque la meteorología les impedía siquiera lograr unos resultados suficientes para entrar en la parrilla de la carrera de mañana sábado. Pero anda loco el tiempo en Holanda y la lluvia aparece con la misma rapidez con la que para. Y el circuito se seca rápido.

Así que, aunque en poco menos de un cuarto de hora, todo empezó a volver a la normalidad. Terol se clasificaba sin problemas y hasta ascendía en los últimos minutos hasta la tercera fila de la parrilla. Sin embargo, otra caída en los últimos minutos de la sesión cronometrada le causó una abrasión en la mano derecha, la misma en la que tiene esa microfractura. Al final, ha decidido no correr y se irá esta misma tarde a Barcelona para que el doctor Xavier Mir, de la clínica Dexeus, le reconstruya el dedo en una intervención quirúrgica.

También se clasificaron Gadea o Folger, con caída incluida. Y Faubel, Salom y Vázquez, que estarán en la segunda línea. Iwema terminó cerrando la tabla de tiempos tras perder parte de la sesión rogando para que la lluvia no dejara de caer.

Viñales, durante las pruebas del Gran Premio de Holanda.MICHAEL KOOREN (Reuters)

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