El Tottenham tiene el pie torcido

Tablas del equipo de Redknaap, que ataca con fiereza pero sin tino en la puntería frente al West Ham

El ataque por bandera, tropecientos disparos, tres postes y un empate. El Tottenham, de gusto refinado para el fútbol y alegre en la propuesta, hasta despreocupado en la retaguardia, arrinconó al West Ham con fiereza pero palideció en el remate, de enfoque terrible y pie torcido. Fue un ataque perenne, arma posible contra rivales menores, que se impresionan ante las pertinaces y sucesivas embestidas. Pero no contra potencias de empaque, como el Madrid -se jugarán las habichuelas en cuartos de la Champions-, que le puede discutir la posesión del balón y que convierte en gol cualquier rendija....

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El ataque por bandera, tropecientos disparos, tres postes y un empate. El Tottenham, de gusto refinado para el fútbol y alegre en la propuesta, hasta despreocupado en la retaguardia, arrinconó al West Ham con fiereza pero palideció en el remate, de enfoque terrible y pie torcido. Fue un ataque perenne, arma posible contra rivales menores, que se impresionan ante las pertinaces y sucesivas embestidas. Pero no contra potencias de empaque, como el Madrid -se jugarán las habichuelas en cuartos de la Champions-, que le puede discutir la posesión del balón y que convierte en gol cualquier rendija.

Más que al ritmo del pase y de la asociación, el Tottenham ataca posicionalmente, adelantando las líneas y con una ofensiva en tromba, con cinco jugadores por delante de la pelota. Tiene pie para el juego de mezcla y toque, pero flaquea en el pase que descuenta rivales, que desarbola las tupidas zagas que le plantean la mayoría de los equipos de la Premier, intimidados por la nómina de futbolistas ofensivos de los Spurs, por la vocación de atacar que les define. Eso le ocurrió hoy en White Hart Line frente a un West Ham tan apocado como reagrupado en su área.

TOTTENHAM, 0 - WEST HAM, 0

Tottenham: Gomes; Corluka (Hutton, m. 78), Dawson, Gallas, Assou-Ekotto; Sandro, Modric; Lennon, Van der Vaart (Pavlyuchenko, m. 72), Bale; y Defoe. No utilizados: Pletikosa, Bassong, Jenas, Kranjcar y Coruch.

West Ham: Green; Jacobsen, Dacosta, Upson, Bridge; O'Neill, Noble, Parker, Hitzslperger; Demba Ba y Cole (Obinna, m. 78). No utilizados: Boffin, Gabbidon, Tomkins, Boa Morte, Hines y Sears.

Árbitro: Dean M. Amonestó a Noble, Parker, Sandro, Cole y Upson.

White Hart Line. 36.010 espectadores.

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Entiende Redknaap, también imbuido por el juego que define al club londinense, que al fútbol se juega sin freno. Al Tottenham, en cualquier caso, le cuesta horrores atender al retrovisor. Una circunstancia que desdibujó su propuesta, que por poco no le cuesta el partido; Cole rompió la línea del fuera de juego por dos ocasiones y no supo afinar en el remate, cuando solo le quedaba batir a Gomes, excelente en el duelo, por más que su gorra en el primer tiempo -por el intenso reflejo del sol- pusiera en entredicho su estética como guardameta. Manos firmes y pies torpes, otra debilidad de los Spurs, que se diluyen en su área porque no sacan la pelota jugada desde atrás. Y, como hoy, sin Crouch en la punta de ataque, sin una boya, pierden una cantidad de balones notable porque no hay quien la baje. Por eso Modric, alejado definitivamente de la media punta y reciclado a medio centro, es la pieza más capital.

Primoroso en la conducción, ejemplar en el quiebro y notable en el pase, Modric asume todo el peso de la construcción. Frente al West Ham, reculó para recoger el balón y repartirlo con equidad a ambos costados. De lado a lado, con criterio pero un tanto horizontal. También se dejó ver en el área rival, como en esa jugada que le regaló el gol a Defoe -inepto todo el duelo en el remate -, como en ese disparo que atajó Green. Pero a Modric le faltó el pase definitivo e interior, una carencia que se extiende al equipo. Entre otras cosas, porque Defoe no tenía espacios para ganarle la espalda a la defensa adversaria -demasiado cerca del meta-, y porque Van der Vart no le ayudó. El holandés comprende que su misión no pasa por filtrar balones, sino que es un francotirador de gatillo fácil, que busca las cosquillas de los guardametas rivales a base de zapatazos. No tuvo fortuna frente a Green, atento y de manos firmes.

Tampoco encañonó con acierto Lennon, que envió el cuero al poste, ni lo hizo Defoe, que lo estampó en el otro palo. Ni Bale, que ejecutó con maestría una falta frontal, sutil, teledirigida, hasta que la manopla de Green la envió al larguero. Suerte que también corrió Pavlyuchenko, revolucionario desde que pisó el césped, estéril en sus tres disparos desde el balcón del área. La réplica del West Ham, de nuevo por la tibieza de la zaga contraria, llegó con sensacional chilena de Noble que no entró de chiripa. Tablas finales y el Tottenham, bien ofensivo pero frágil atrás, reñido con el gol. Una deficiencia que solo penaliza.

Assou- Ekotto, del Tottenham, centra en West Hart Line frente al West HamGLYN KIRK