El Athletic, con otro acento

El Bizkaia Bilbao tiene un presidente serbio, un entrenador griego y un líder croata

"La filosofía del Bizkaia Bilbao Basket es la misma que la del Athletic, pero de otra manera". La frase, de hace dos años, era de Txus Vidorreta, el anterior entrenador (ahora, en el Alicante), para explicar que el equipo bilbaíno mantenía los valores de implicación con la marca, pero sin mirar a los orígenes. Unos años antes, cuando a Marko Banic (el jugador franquicia) le preguntaron qué le parecía la filosofía del Athletic, respondió con un monosílabo, "mal", que encerraba muchas cuestiones. En el fondo, decían lo mismo. La filosofía del Bizkaia ha recreado el espíritu grupal, orígenes apar...

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"La filosofía del Bizkaia Bilbao Basket es la misma que la del Athletic, pero de otra manera". La frase, de hace dos años, era de Txus Vidorreta, el anterior entrenador (ahora, en el Alicante), para explicar que el equipo bilbaíno mantenía los valores de implicación con la marca, pero sin mirar a los orígenes. Unos años antes, cuando a Marko Banic (el jugador franquicia) le preguntaron qué le parecía la filosofía del Athletic, respondió con un monosílabo, "mal", que encerraba muchas cuestiones. En el fondo, decían lo mismo. La filosofía del Bizkaia ha recreado el espíritu grupal, orígenes aparte, de un colectivo empeñado en incluirse en la élite del baloncesto.

Los vestigios originales, el técnico Vidorreta, el capitán Javi Salgado o el presidente J.J. Davalillo, han dejado respectivamente sus cargos al griego Fotis Katsikaris, el croata Marko Banic y el serbio Pedja Savovic. Al mando sigue el mismo patrón, Gorka Arrinda, máximo accionista del club, con una asignatura urgente, que es la consecución de un segundo patrocinador que ocupe el lugar de la empresa Iurbentia, en administración concursal.

Las instituciones son el principal surtidor de un club que ha enraizado en la sociedad deportiva vizcaína (tiene el récord de espectadores en la ACB, con 15.414 ante el entonces TAU), pero la aportación no es suficiente, ya que reconoció un déficit de 800.000 euros al término de la pasada campaña y tuvo problemas de liquidez, resueltos en enero, para pagar las fichas de los jugadores.

Sin un segundo patrocinador, el enfermo, cuyo presupuesto anual es de 10 millones de euros, empeoraría gravemente y las instituciones, que han construido un nuevo pabellón para su especial (no exclusivo) uso, no pueden ir mucho más allá, aunque podrían haber participado en una financiación extraordinaria para hacer frente a las deudas con los jugadores.

Deportivamente, el equipo, con su filosofía particular, funciona con buen paso. La renovación de Katsikaris como técnico unos días antes de la Copa, primer objetivo de la temporada, es toda una señal de continuidad y tranquilidad en un equipo agrupado pero inquieto.

El hecho de enfrentarse hoy al Caja Laboral, su rival habitual en esta competición, engrandece su espíritu. Tipos como Mumbrú, Banic o Hernández-Sonseca están acostumbrados a este torneo temperamental. Dos veces tropezó el Bizkaia con el Caja Laboral, el árbol grande que le impide ver el bosque.

El ala-pívot croata del Bilbao Basket, Marko BanicEFE

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